Capitulo 28

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[Mark]


Todo había sucedido envuelto en un tenso e incómodo silencio de vuelta a casa en el coche. Me dormí. Me hundí en un profundo coma del que no era capaz de salir. Quizás hubiera muerto porque allá dónde estaba sólo veía la misma escena una y mil veces. Johnny subiendo por las escaleras con Lía agarrada a su mano, Lucas besándome en los labios mientras yo me revolvía, ebrio. Pero sobretodo el coqueteo entre Lía y Johnny, la sonrisa provocadora, burlándose de mi, rompiéndome por dentro. Si estaba muerto, eso era el infierno. Acababa de descubrir que para mi era más doloroso ser abandonado por el, que ser destruido por sus manos.












—¿Ya lo has echado todo? —me miró desde el sofá cuando salí del baño. Estaba tumbado como si nada, con las piernas apoyadas sobre el reposabrazos y las manos sobre la nuca. Parecía tranquilo, despreocupado, como siempre. Como siempre...

No estaba como para pelearme con nadie, negué con la cabeza y no le dije absolutamente nada. No tenía fuerzas ni ganas de cabrearme. Empecé a andar hacía las escaleras, tambaleándome. El mareo era más fuerte ahora, después de echarlo todo.

—Mark —me llamó, pero no me detuve porque él me hablara, sino por el molesto pitido del teléfono. Subí un escalón más. —¿No vas a contestarlo? —me quedé quieto, pero no le contesté.

Oí sus pasos dirigirse hacía el inalámbrico. La casa estaba de repente tan oscura. Quizás porque eran las cuatro de la mañana. O quizás porque de repente lo veía todo así de oscuro.

¿Sí?... ¿Jeno? ¿Qué pasa? Son las cuatro de la mañana ¿Sabes? —Jeno... uno de mis mejores amigos. ¿O debería decir de mis mejores ex amigos? —¿Qué haces en la casa de Lía? —Johnny se rió. —¡Claro que Mark está conmigo, no lo iba a dejar atrás! —apreté un puño. Su tono vacilante, como siempre, riéndose como si nada me empezó a sacar de quicio. Me empezó a provocar algo que no era para nada bueno. —¿Llegó la policía? Tiene que ser una broma. Mark y yo nos volvimos antes. El muy imbecil se puso como una corcholata y si no llego a tiempo, ahora tendría el culo bien jodido.

—John... cállate... —musité. Johnny me miró de reojo, pero pasó de mí con el teléfono en la mano.

Se toqueteó el labio con la lengua, mirándome con una pequeña sonrisa.
Me ardió la sangre de las venas. Seguía riendo, se burlaba de mi después de haberse tirado a mí ex y habérmelo restregado en la cara. A Lía le podían dar por el culo, pero él... ¿Sonriendo, con el descaro de mirarme a la cara y reírse? No podía estar más furioso. Mis amigos traicionándome, Johnny poniéndome los cuernos con toda la calma del mundo y mi ex... bueno... eso ya no me importaba. Lo peor, lo que me hizo explotar vino con la siguiente frase saliendo de la boca de mi hermano.

Jeno, dile a Hyuck que no se preocupe por Mark. Es muy difícil que conmigo le pase algo... —Abrí la boca de par en par. Los ojos se me iban a salir de las órbitas. Él me miraba, con la sonrisa del lobo en la boca, esperando mi reacción. ¿Qué mierda hacía?

—Voy... voy... ¡Voy a matarte! —bajé de las escaleras de un salto. Estuve a punto de matarme, a punto de caer sobre el suelo, pero misteriosamente, me mantuve en pie y corrí hacía Johnny. Ni él mismo se esperaba que me tirara sobre él como un mono. El teléfono cayó al suelo, Johnny se golpeó la espalda contra la pared con un ruido sordo. De repente me veía ahí, descargando toda mi rabia sobre él, fuera de mí mismo. Le golpeé con la mano la cara. Le di un puñetazo y entonces, cuando iba a repetir la acción, me agarró las manos. Sentí su rodilla sobre mi estómago, rozándome y me quedé paralizado.
Me hubiera roto un par de costillas fácilmente con la rodilla si hubiera querido.

Cherries in the skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora