Capitulo 26

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[Mark]


—¡Shot, shot! —los gritos me perforaban cada zona del cerebro y aún así, como un idiota, era incapaz de dejar de sonreír. Veía desenfocado al tipo que había delante de mí, era enorme, de unos veinticinco, con la cara mal afeitada y los ojos ya llorosos de tanta bebida y tan fuerte, tan cargada. No pudo más y, finalmente, cayó hacía atrás, llevándose la jarra del ponche consigo, tirándosela encima y haciendo volcar la silla, aplastándola y destrozándola. Más gritos. Mi risa idiota se ensanchó y, haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad, envolviendo mi estómago revuelto en una burbuja de puro alcohol, sintiendo como la sangre en mis venas había desaparecido por completo para dejar paso a ese fuerte líquido que me subía directamente al cerebro, me llevé la gran jarra de ponche a los labios y en seis sorbos, me la tragué entera. Había ganado.

Los gritos de histeria por todas partes sólo consiguieron aturdirme aún más, haciéndome difícil el conseguir levantarme del taburete con mis propias fuerzas con tanta gente dando vueltas alrededor de mí, tantos colores revoloteando alegremente. Todo el mundo se me empezó a pegar y a tocarme felizmente por todos lados, de manera amistosa.

—¡Mark, Mark!

—¡Vale ya, vale ya! ¡Ganeeee! —me subí a la mesa, alzando las manos, vociferando —¡Otra ronda!

En ningún momento se me ocurrió que estaba haciendo el ridículo totalmente. De todas formas, no era el único que lo hacía.

—¡Mark, Mark! —me puse a hacer palmas y todo incitando a todo el mundo a que me siguiera aclamando.

Alguien abrió una botella de champán, agitándola y dirigiendo el chorro a presión hacía mí, bañándome entero de arriba abajo.

—¡Uhhhh! —de un tirón, sentí el suelo acelerarse hacía mi cabeza. Me escurrí sobre la mesa y caí al suelo de espaldas, dándome el mayor golpe de mi vida. Bueno... lo hubiera sido si no llega a ser porque había alguien debajo que impidió el tremendo golpe contra el duro mármol.

Por unos momentos estuve a punto de dormirme allí, sin ganas de levantarme, sólo con ganas de dormir y olvidarme de todo. Cerré los ojos, sin apenas percatarme del movimiento que había debajo de mí. Alguien me agarró los hombros, sacudiéndome con brusquedad.

—¡Mark! ¡Levántate! —abrí los ojos de golpe.

—¡Mierda, pero si es mí mejor amigo, Lucas MAYFREEEEEN! —y me empecé a reír por mi propia broma.

—¡Pero que estás diciendo! ¡Levántate idiota! —me puso de pie, jalándome del brazo.

—¡No quiero! —empecé a patalear.

—¡Mark!

—¡Quiero dormir! ¡Déjame dormir! ¡Quiero dormir en el suelo!

—¡Mierda!

—Mgh... —gemí en el esfuerzo por soltarme de sus fuertes dedos. De repente, Lucas me agarró de las mejillas y me miró fijamente a los ojos.

—¡Mark, estás haciendo el ridículo! ¡Estás totalmente borracho y si es lo que quieres, yo te llevaré a un sitio para que puedas dormir tranquilo! —se me iluminaron los ojos o quizás es que se me dilataron las pupilas porque me estaba dando una congestión alcoholica. En cualquier caso, sonreí.

—¡Sí! ¡Llévame a la cama! —Lucas puso los ojos en blanco unos segundos.

—Por Dios... —y me cogió de la mano, entre bufidos y suspiros de fastidio, arrastrándome hacía las escaleras que subían a las habitaciones, quitándose a la gente de en medio a empujones.

Cherries in the skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora