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Henry y yo no tocamos el tema. Al menos, no de forma explícita. Actuamos como si nada después de eso; increíblemente, sin incomodidad, y con la cercanía intacta.

Gloria fue la primera en enterarse de lo ocurrido, y su reacción fue como la de una madre feliz por que su hijo haya metido un gol.

—Es majestuosa —comenta Henry, al oír los primeros segundos de Stairway tu Heaven. Cada uno compartiendo un audífono, recostados en su cama.

—La describiste a la perfección —mascullo.

—No logro comprender el significado de la letra, pero tan sólo la melodía es bastante conmovedora.

—Ni siquiera Robert Plant, quien la escribió, lo sabía con certeza. Tuvo un arranque de inspiración, y plasmó una frase que dijo Jimmy Page acerca de la luz y la oscuridad, volviéndola abstracta. A final de cuentas, mencionó no sentirse identificado con la letra actualmente, y que no volvería a hacer algo parecido. También dijo que la canción sería lo que es, incluso si sólo fuese instrumental, pues toda la carga emocional está en la melodía.

»Hay muchas especulaciones sobre el significado. Se menciona mucho la esperanza. Avaricia. Materialismo. Incluso satanismo.

—¿Con cuál se queda usted?

Medito unos segundos.

—No lo sé. Esperanza, quizá. Me quedo con la explicación de otros porque... pienso que no es necesario entender algo para disfrutarlo. Esta canción me hace sentir tantas cosas, que es difícil ordenar todas esas ideas para expresar algo coherente. Prefiero sólo gozarla y dejar que me transporte al paraíso.

—No conocía este lado introspectivo suyo. Es evidente su fascinación por la banda.

—Derek me la presentó. Era su favorita. Hablaba sobre ella todo el tiempo, y... me contaba las historias de los integrantes y de cada canción. Siempre que escuchábamos esta, guardábamos silencio por ocho largos minutos, y olvidábamos dónde estábamos. Él relacionaba al significado con la redención. No tenía idea de lo que hablaba la mayoría del tiempo, pero disfrutaba tanto escucharlo...

Un pequeño nudo se forma en mi garganta, y mi visión se empaña. Por fortuna, tanto Henry como yo miramos el techo, así que no lo nota. Estos repentinos golpes nostálgicos me matarán algún día.

Cubro mi rostro con el antebrazo, y lo retiro al sentir la mano de Henry sobre la mía. La canción está a punto de terminar.

—Cuénteme más —formula, con voz suave.

—¿Tienes idea de lo gratificante que es sentarse a escuchar música con el amor de tu vida, luego de haber tenido el día más agotador que te puedas imaginar? Callos en las manos; suciedad hasta en las orejas; raspones; y agotamiento físico y mental. Te olvidas de todo eso al instante, y te centras únicamente en una melodía y el tacto de esa persona, que te toma de la mano o recarga su cabeza en tu hombro. —Una lágrima se desliza por mi mejilla—. Ojalá me hubiese despedido... —esta vez mi voz se quiebra sin disimularlo—. Pensé que oír estas canciones, una vez sin él, sería de lo más doloroso, pero... de hecho, me hacen atesorar el momento aun más. —Una sonrisa melancólica adorna mi rostro—. Te dije que el dolor no desaparece —añado, cubriendo mi rostro.

—Estoy seguro de que la escalera al cielo estaba apartada para Derek.

—En verdad quieres hacer que llore.

Él ríe y recarga su cabeza en mi hombro.

—Es mi turno de mostrarle una canción. Una menos emocional, para aligerar el ambiente —dice, tomando mi celular, y tecleando torpemente con la mano izquierda. En seguida, se reproduce una voz extraña.

MayorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora