Only Fans {Erick Pulgar}

Capitulo 2.

Alondra's POV.

Me esforzaba demasiado por no odiar a mis vecinos pero el arrendar una pieza de 2x2 hecha de material ligero y tener vecinos gritones no ayuda mucho. Claro, una opción es hablar con la dueña pero ¿Qué lograré? Que me tengan mala y que me hagan la vida de cuadritos porque ella no va a perder plata por mi y esa idea, es la que más me motiva a levantarme.

Comencé a arreglar mis cosas para llevarlas al baño y vestirme ahí porque no iba a pasar por todo ese pasillo lleno de gente con solo una toalla amarrada, o sea, puedo hacerlo pero el striptease no está dentro de mis planes... Por ahora.

Al salir de la habitación divisé que aún seguía el asqueroso de mi vecino fumandose un cigarro en el pasillo y es que siempre a estas horas hacía lo mismo porque las muchachitas jovenes se iban a bañar a estar horas y no faltaba la que se le quedaban las cosas en la pieza y él aprovechaba de mirar sin ningún tapujo ya que su esposa le aguantaba todo y más. Muchas veces quise acercarme a preguntarle porque no dejaba a ese tipo asqueroso pero la respuesta era clara: violencia psicologica y economica. El tipo siempre le decía que no encontraría a nadie como él siendo que en verdad hay muchos iguales o peores que él y si ella tomase la decisión de dejarlo, él le quitaba todo lo que le había comprado.

Pasé a su lado intentando no demostrar el miedo interior que me generaba porque eso más gracia le causaba. Enfermo.

- Ojalá mi esposa se despertase como tú - me miró mientras esbozaba una sonrisa.

- Ojalá tu esposa no despertase contigo a su lado - respondí sin mirarlo.

- Si paso una noche en tu pieza contigo a mi lado, mi esposa despertaría sin mi - dijo a mis espaldas y pude sentir su mirada sobre mi.

- Ni lo sueñes, pedazo de caca - paré en seco y me giré. - Te acercas a mi habitación, te mato. - lo apunté con el dedo. - Te acercas a mis cosas, te mato. - me acerqué a él. - Te acercas a mi y te mato, ¿Entendiste?.

Él solo atinó a asentir con la cabeza, darse la vuelta y entrar a su pieza mientras que yo seguí mi camino con una sonrisa en la cara porque le arruiné, por lo bajo, la mitad del día.

Después de bañarme, procedí a verificar si es que la plata que me llegó ayer era real o fue un sueño y para mi sorpresa, la plata si estaba y eso quería decir que me estaba yendo bien, lo cual me alegraba.

Entré a mi habitación y fui directo al cajón de la lencería planeando qué usar para la sesión fotografica que tendré hoy y entre todas las cosas que tenía, encontré un conjunto que nunca me había puesto porque era un regalo que me dió mi ex suegra y que vergüenza usarlo con su hijo.

Metí el conjunto a mi mochila porque ni cagando me iba a arriesgar a que el pervertido de mi vecino entrase a mi pieza y lo robara del puro morbo. También a mi mochile metí mi cargador, mi billetera, mis joyas y cerré todo lo demás con candado. Al salir de mi pieza, me encontré con la dueña del lugar, lo más probable es que viene a cobrar el arriendo.

- Hola, niña. - se quitó los lentes de sol. - ¿La plata?. - estiró su mano.

- Hola, señora Gloria. - le sonreí nerviosa. - Justo a eso voy. - comencé a avanzar. - Voy al banco y vuelvo.

- Es que no tengo tiempo para esperarte. - cruzó sus brazos. - Tú sabes que es para hoy, todos los primeros Lunes del mes.

- Sí, si sé. - miré el suelo sintiendo impotencia por lo humillante de la situación.

- Parece que no. - se puso nuevamente los lentes de sol. - Te doy hasta mañana, si no esta la plata mañana considera que la puerta es bien ancha.

- Mañana sin falta a primera hora. - me di media vuelta y comencé a caminar rápido. - Chao, nos vemos.