Only Fans {Erick Pulgar}

Capitulo 122.

Erick's POV.

Esperaba que me mirara enojada, furiosa y que hasta intentara salir del baño lo más rápido, sin embargo, su expresión facial estaba neutral, como si en un cincuenta por ciento le alegrara el verme y el otro cincuenta por ciento le molestara mi presencia.

Aún así, el brillo en sus ojos me demostraba que en su interior seguía sintiendo cosas por mi.

- Creo que la yerba estaba muy fuerte. - se resfregó los ojos pestañeando varias veces. - Sigues aquí. - dio un paso acercándose a mi.

- Sí. - sonreí.

- Tienes dos segundos para salir o llamo a los guardias porque si no mal recuerdo este es el baño de mujeres. - se giró para lavarse las manos.

- Tenemos que hablar. - miraba seriamente sus movimientos.

- ¿En un baño?. - se burló.

- Los dos sabemos que no iba a tener otra oportunidad. - quizás si iba a tener otra oportunidad pero en tres meses más.

- Tienes razón. - sacó papel para secarse las manos. - Igual entendible el porqué no quiero dirigirte la palabra.

- Sí. - me aclaré la garganta.

Ella no siguió la conversación, solo se quedó mirándome fijamente por varios segundos.

- ¿Qué quieres?. - preguntó finalmente.

- ¿Cómo la haz pasado estos día acá?. - si quería empezar el tema, tenía qe ir lo más lento que podía sin fastidiarla.

- Bien. - asintió.

- ¿Te han tratado bien?. - ella se apoyó en la pared.

- Sí. - rodó los ojos. - ¿Quieres ir al grsno desde una vez?, estoy segura que me buscan allá afuera.

- Estoy seguro que no. - sonreí seguro de que el David estaba cumpliendo bien su misión.

- Bueno, ve al grano igual. - dijo seria.

- ¿Por qué me etiquetaste en esa historia y luego me bloqueaste sin ni siquiera ver lo que te dije?. - me crucé de brazos.

- Porque quise. - frunció el ceño.

- Alondra. - ladeé mi cabeza.

- Esa es la verdad. - se miró en el espejo.

- No lo es. - me acerqué a ella pensando en que se alejaría, sin embargo, se quedó ahí quieta.

- ¿Y qué quieres que te diga?. - se giró. - Si esa es la verdad, quise jugar un rato. - elevó sus cejas. - Así como tú.

- Nunca jugué contigo. - aclaré rápidamente.

- ¿Cómo que no?. - se mordió el labio conteniendo la rabia, evidentemente.

- Alondra, te amo y te extraño como no te lo imginas. - tomé aire. - Si no, no estaría acá.

- No sé. - elevó la voz. - Quizás viniste porque sentiste que no me habías hecho el daño suficiente y querías seguir.

- No. - la paré en seco. - Si estoy acá es porque estoy ni ahí con dejarte ir.

- Ya lo hiciste. - miraba para todos lados evitando el contacto visual conmigo.

- No si aún me amas. - me acerqué aún más y al ver que ella se dejaba, puse una mano en su mandibula acriciando su mejilla.

Ella subió su cabeza haciendo que su pelo se desparramara por su cara impidiendome verla en su totalidad, por lo que con la mano que tenía libre le quité el pelo del rostro.