Only Fans {Erick Pulgar}

Capitulo 72.

Erick's POV.

Desde que vi el corto vídeo que me había enviado la Alondra, supe que estaba planeando algo por hacer y eso me llevo a estar pendiente a sus redes sociales durante un buen rato hasta que ví la historia que subió, donde vi que denominó al Joaquin Correa como su "esposo".

El cabro no me caía mal pues según había revisado en sus redes sociales y en internet, él era tranquilo, de casa, buen jugador y lo que más me tranquilizaba, era que tenía pareja y se veía muy enganchado, por lo que difícilmente le sería infiel.

Sin embargo, lo único que me molestaba de él, es que el tipo exacto de hombre que le gustaban a la Alondra y yo a esa mujer le tengo respeto, pues estoy seguro que lo que ella quiere, lo consigue.

Claramente, cuando hice como que le estaba escribiendo al Joaquin, en realidad, solo estaba escribiendo cosas, supuestamente enojado, al azar solamente para ver su reacción.

Ella se puso nerviosa y el hecho de imaginarmela así mismo frente a otro hombre conllevó a imaginarmela siendo besada en todo el cuerpo por ese mismo hombre, quien en mi imaginación estaba siendo representado por el Tucu, pues era la debilidad de la Alondra y ella, era mi debilidad pues con solo imaginar su cara disfrutando, me excitaba.

Yo no iba a ser el único excitado en esta llamada telefonica, por lo que comencé a tirarle comentarios sucios a la Alondra para ver si prendía y lo logré, porque ella prendía hasta con agua.

Por lo mismo, no me molestó cuando ella quiso cortar porque yo quería hacer lo mismo que ella; el autodelicioso. Sin embargo, no logré nada pues mi cuerpo se había acostumbrado a tenerla en vivo y en directo.

Así que me guardé las ganas para cuando este con ella y opté por bajar a la cocina a buscar un vaso de agua helada para intentar bajar un poco la excitación y los pensamientos indecorosos.

- ¿Qué haces?. - me preguntó el Mauricio entrando a la cocina.

- Tomo agua. - le mostré el vaso. - ¿Y tú?.

- Voy a salir. - se encogió de hombros y yo lo miré extrañado pues él no era de salir solo.

- ¿Solo?. - tomé un sorbo de agua sin despegar mi vista de lo que él estaba haciendo.

- Nop. - sacó un vaso del mueble y lo llenó hasta la mitad con agua. - Conocí a una mexicana. - se encogió de hombros intentando parecer despreocupado, sin embargo, pude notar como le subía un poco de color a las mejillas.

- Está bien, mi hermano. - dejé el vaso en el lavaplatos, abrí la llave y tomé la esponja para hunedecerla y poder lavar lo que había utilizado.

- ¿Y tú con la Alo se arreglaron?. - preguntó ladeando su cabeza curioso. - Porque vi que subió algo de un tal Joaquin Correa a sus historias. - me miró frunciendo el ceño.

- Algo así. - moví mi cabeza para ambos lados. - Y sí. - asentí con la cabeza y manteniendo una sonrisa en mi cara recordando lo descarada que era. - También lo vi. - me mordí el labio recordando lo que había imaginado de ella unos minutos atrás.

- ¿No te enojaste?. - me preguntó sorprendido.

- No. - negué con la cabeza.

- ¿Por qué?. - me apoyé en el lavaplatos pensando un respuesta coherente para decirle sin decirle que era porque me excitaba imaginarmela con otro. - ¿Teni' a otra?. - me miró feo y yo negué con la cabeza.

- No sé como decirtelo, hermano. - reí.

- Como salga. - rió él.

- Es que. - aclaré mi garganta. - Una de las cosas que me gustan de la Alondra y yo creo que es lo que me tiene tan amarrado a ella, es que sea tan sinvergüenza porque se me hace sexy. - reí.