Capitulo 18.

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Erick's POV.

Antes de salir de la casa del Arturo, acompañé a la Alondra a buscar algunas de sus cosas que dejó en una de las piezas de invitados.

- Yo tengo una duda. - dijo Alondra mientras me daba la espalda y yo le miraba los músculos que utiliza para sentarse.

- Dime. - la miré a los ojos rápidamente pues se dió vuelta al ver que no la respondía.

- Mi duda es. - se sentó en la cama obstruyendo completamente la fantastica vista que tenía. - ¿Esto se considera after o no?.

- Yo creo que puedes tomarlo como quieras. - bostecé. - Pero yo no creo que siga tomando, estoy cansado.

- Que aburrido. - siguió ordenando sus cosas. - Eres como el tatita de la selección chilena. - la miré sorprendido por la confianza con la que me estaba hablando. - Eres gruñón y ya no tienes fuerzas para seguir carretiando, ¿Estás seguro de tu edad?. - se rió.

- ¿Y tú quieres seguir carretiando?. - pregunté sorprendido.

- No. - se rió. - Me quiero ir a acostar.

- Entonces, ¿Por qué me dijiste tatita?. - me acerqué a ella.

- Para que así seas mi suggar daddy. - me sonrió, se paró y me dejó solo en la habitación.

- ¿Hablas en serio?. - seguí sus pasos para alcanzarla.

- Es broma. - se giró y me miró. - Pero si tú quieres, no es broma. - se rió y siguió caminando.

Ella siguió caminando  y solo atiné a seguirla. Sabía que ella llevaba una sonrisa en la cara aunque no la podía ver, sabía que esta jugada la estaba ganando y eso me excitaba.

- Este es mi auto. - le dije cuando hice sonar la alarma del auto.

- Es bonito. - nos subimos. - Aún no partas.

- ¿Por qué?. - la miré como buscaba algunas cosas dentro de su mini mochila que trajo.

- Voy a armar uno. - dijo obvia mientras sacaba las cosas para armar un cañito.

- Eso es una droga. - le dije serio porque no me gustaba para donde estaba yendo la cosa.

- Ni siquiera te he ofrecido y ya estas haciendo problemas. - me miró y rodó sus ojos.

- Pero es mi auto y no quiero eso dentro de mi auto. - apoyé mi espalda en el asiento del auto.

- Bueno. - guardó sus cosas, cruzó sus brazos y se apoyó en el asiento enojada mirando para afuera de la ventana.

- Pónete el cinturón o no voy a partir. - dije mirandola por la pataleta que estaba haciendo, típico de un adicto cuando le prohiben consumir.

- Bueno. - se pusó el cinturón de seguridad.

- Eso te hace mal. Es una droga. - seguí con mi tono de voz serio.

- Pero a ti no te hace daño. - me miró enojada.

- Si vas a consumir en mi auto, claro que me afecta. - la miré sorprendido por lo malcriada que estaba actuando.

- Bueno. - volvió a mirar a la ventana.

- ¿Vas a estar así?. - seguía sin mi vista de ella.

- A ver, Erick. - suspiró. - Yo no encuentro que la marihuana sea la peor droga del planeta. - extendió sus brazos simulando lo grande que es el planeta. - Para mi, es solo una droga, como el cigarro y el alcohol. Listo. - se volvió a apoyar en el asiento.

- Te arruinas la vida. - moví mi cabez de un lado al otro.

- ¿Más de lo que ya está?. - rió de manera sarcastica.

- Alondra, no quiero pelear contigo. - suspiré frustrado al ver que no podía entender mi punto de vista. - Solo quiero que entiendas que no quiero que mi auto quede pasado a marihuana. Es tan simple como eso. - me miró.

- Bueno. - me miró y a través de sus ojos noté como comenzaba a destensarse. - Es solo que la marihuana me hace sentir bien. - miró el techo del auto. - Desde que comencé a consumirla, mis problemas dejaron de ser tan grandes y yo sé que hace mal, pero no tengo otra cosa, otro medio, para sentirme como me siento con la marihuana.

- ¿Tanto te ayuda?. - no podía creer como una drogada podía "ayudar" a alguien.

- Pucha. - se acomodó en el asiento. - Es simple, la marihuana me relaja y me ayuda a concentrar mis pensamientos.

- ¿Lo que describes no es déficit atencional?. - no sabía muy bien de qué trataba eso pero por el nombre me daba una idea.

- Sí, también. - me miró pensativa. - Pero ese no es el punto.

- Yo entiendo tu punto, tú entiende el mío. - le estiré la mano para que las juntaramos en un acuerdo.

- Está bien. - extendió su mano y la juntó con la mía.

Eché a andar el auto, pusé el spotify y comenzó a reproducir mi lista en aleatorio. Alondra iba mirando el camino por la ventana del auto, yo iba entre mirando el camino y mirandola a ella. Quería saber que cosas iba pensando.

- ¿Qué piensas?. - la miré de reojo.

- En el primer día que comencé a consumir cannabis. - me miró con una sonrisa y en su cara pude notar que sentía nostalgia.

- ¿Cuando fue?. - la miré aprovechando que estaba en luz roja.

- Fue un día en el que me peleé con mi mamá. - miró el camino cuando cambió la luz. - Estabamos peleando en la mañana porque yo no quería ir al liceo porque a todos les daba gracia que fuese la hija del profesor de religión.

- ¿En qué liceo ibas?. - quizás conocía a las personas que la molestaban. Antofagasta tampoco era una ciudad tan grande.

- Na', en un liceo de por ahí. No quiero entrar en detalles porque mientras más en detalles entro más pena me da. - se quedó callada.

- Bueno. - no quise seguir la conversación porque se notaba que ella tampoco quería seguir.

Lo que quedaba de trayecto lo pasamos en silencio mientras yo comenzaba a entender el porqué, quizás, para ella la marihuana era un tipo de escape. No sé gran parte de su vida, porque la vengo conociendo recién, pero por su semblante podía intuir que era una persona que no tenía un bonito pasado y que eso, la llevó a lo que es hoy. Quizás no era lo que quería, pero no tenía de otra. A las finales, no todos tenemos las oportunidades para poder surgir de buena manera. A algunos les toca entrarle a la vida de frente, por puro instito de supervivencia.

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Un capitulito pa que me perdonen y que no se sienta tanto la ausencia del Erick en el partido :(

Only Fans {Erick Pulgar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora