Capitulo 121.

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Erick's POV.

Como el viaje que íbamos a hacer con los cabros era solo para ir a carretear, y fastidiar al Tucu, decidimos irnos el viernes en la tarde a Roma, pues solo estaríamos en la carrete y nos devolveríamos al día siguiente, si tengo suerte, con la Alondra a mi lado.

- ¿Tení' todo listo?. - el Mauricio entró a mi pieza con una mochila.

- Sí. - cerré fuertemente la mochila. - ¿Y los demás?.

- El David está listo y solo falta el Lucho. - bufó.

- No weí'. - lo miré enojado y él solo asintió.

Me puse la mochila en la espalda, tomé mi celular y los audífonos para caminar hasta la pieza del Luis para encontrarlo parado mirando toda la ropa que tenía esparcida por sobre la cama.

- Apurate, aweonao. - dije parado en la puerta.

- No sé que ponerme. - respondió frustrado.

- Tení' un closet lleno de weas. - abrí las puertas del closet de par en par, dejando que cayera un poco de ropa al suelo.

- Pero no sé que ponerme. - tomó la ropa que había caído al suelo, la hizo pelota y la volvió a meter.

- Apurate, que si no estai' listo, te dejamos acá. - le advertí.

- Ipiriti, qii si ni istii listi, ti dijimis ici. - se burló.

Salí de su habitación y caminé por el pasillo hasta llegar a la escalera para ir al primer piso en donde estaba el Mauricio comiendo.

- Estoy nervioso. - di unos pequeños saltos para soltar el cuerpo.

- A inicios del segundo tiempo, podemos ver como Erick Pulgar se prepara a un lado de la cancha. - el Mauricio imitó la voz de los relatores de fútbol.

- Cuentanos, Mauri, ¿con cuantas tarjetas amarillas viene?. - se metió el David.

- No, Deivid, viene con una tarjeta roja y expulsión. - reímos. - Lo malo, mi querido Deivid, es que a mitad del primer tiempo entró el Tucu Correa y fue el jugador estrella. - rieron solos ellos dos, esta vez.

- Te alzai'. - lo miré feo.

Nuestra conversación fue interrumpida gracias al ruido de algo cayendo por la escalera, por lo que los tres salimos de la cocina y fuimos hasta el lugar de donde provenía el ruido para encontrarnos una maleta pequeña tirada a los pies de la escalera y el Luis tirado en la parte superior de ésta.

- Que es aweonao este conchetumare. - con mis dedos masajeé mi cien.

El Mauricio recogió la maleta mientras que el David subió para ayudar a Luis a levantarse y yo me quedé parado analizando si era beneficioso llevar al Luis.

- Llegó el Uber. - dijo el Mauricio mirando su celular.

Mi casa no quedaba tan lejos del aeropuerto así que el viaje en el Uber no fue largo y afortunadamente, a pesar de los contratiempos del Luis, llegamos justo a tiempo para embarcar.

El vuelo desde Florencia a Roma tampoco era largo pues en menos de hora ya estábamos en suelo romano y treinta minutos después, ya estábamos instalados en el Airbnb.

- Hermano, me saqué la chucha. - el Luis se recostó sobre la cama de la habitación principal, donde dormiríamos él y yo, si no tenía suerte.

- Yo escuché el puro ruido de la maleta. - me encogí de hombros revisando mi ropa para ver si estaba arrugada o no.

- ¿Qué hora es?. - preguntó el Luis con una expresión de dolor en su cara.

- Van a ser las diez. - miré mi reloj y luego lo miré a él. - ¿Por qué?.

Only Fans {Erick Pulgar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora