Only Fans {Erick Pulgar}

Capitulo 68.

Erick's POV.

La Alondra se quedó callada por unos largos minutos, por lo que supongo que se quedó procesando todo lo que le había dicho y pensando en darme una respuesta.

- Te quiero. - rió ella sin ganas. - Pero ahora no creo que pueda darte lo que antes estaba dispuesta a entregarte porque ahora soy yo la que tiene miedo. - suspiró.

Miré el cielo con ganas de llorar al darme cuenta que había cometido un error y que fui yo mismo el que provocó que la Alondra se alejase.

- No te puedo obligar a estar conmigo si no quieres. - respondí cuando tuve la fuerza suficiente.

- Lo sé. - dijo ella en un tono de voz bajo.

- ¿Qué puedo hacer para remediarlo?. - no podía quedarme llorando sobre la leche derramada porque si fui yo quien cometió el error, también debo ser yo quien deba arreglarlo.

- Erick, yo necesito tiempo. - respondió ella lentamente.

- Y te entiendo. - cerré los ojos con fuerza al sentirme frustrado. - Pero yo no puedo alejarme de ti, no ahora. - negué con la cabeza.

Odiaba verla llorar, pero más odiaba escucharla llorar por mi culpa y encima, que justo sea cuando estamos lejos el uno del otro.

- No llores. - le dije con la voz quebrada.

- Es que. - dejó de hablar pues el llanto no la dejaba. - No quiero hacerte daño pero tampoco quiero hacerme daño a mi. - suspiró intentando tranquilizarse. - Entonces no sé que hacer.

- Yo tampoco sé que hacer. - me limpié la primera lagrima que rodó por mi mejilla. - Pero voy a hacer lo que tú quieras hacer. - tomé aire llenando mis pulmones.

- No sé que hacer. - calló.

- Podríamos comenzar desde cero pero desde el comienzo, como si sólo supieramos lo básico del otro. - sugerí con la esperanza de que ella aceptara esa propuesta.

- ¿Y cómo vamos a hacer eso?. - preguntó confundida.

- No sé. - me encogí de hombros por inercia riendo porque sí sabía cómo hacerlo pero no sabía explicarlo. - Me acomodo a ti, Alondra.

- Tampoco me quiero alejar de ti de un día para otro. - suspiró. - Pero como te dije, tampoco quiero volver a estar contigo después de todo. - tomó aire. - Así que yo creo que lo mejor es que sigamos como amigos y ver qué sucede. - la opción no me gustaba mucho pero era ella la que tenía que decidir y yo tenía que respetar cualquier decisión que ella tomara.

- Dale. - asentí pensando en que todo iría bien para no preocuparme de más. - Hagamos eso.

- Gracias. - dijo ella.

- Gracias a ti por no alejarte de mi después de todo. - ella no tenía nada que agradecer ni yo tenía nada que perdonarle porque ella hizo todo lo que yo le pedí que hiciera pero yo ni siquiera pude cumplirle mi palabra de que no me iba a dejar llevar por las opiniones de los demás.

- Tengo sueño. - dijo bostezando.

- Vamos a dormir. - terminé de secar mis lagrimas. - Yo también tengo sueño. - dije cansado.

- Hablamos después. - dijo dulcemente.

- Hablamos después. - respondí feliz porque al menos las cosas se solucionaron y solo era cuestión de tiempo para que ella volviese a tomar confianza conmigo.

Lógicamente, yo no me iba a quedar de brazos cruzados esperando que ella volviera a confiar en mi sino que por el contrario, era algo que me tenía que ganar y lo iba a hacer. Así que lo primero que hice fue comenzar a planear como podría ir sorprendiendola pero sin terminar por hostigarla. Por lo que se me ocurrió que podía sorprenderla enviandole flores y algo dulce.