Only Fans {Erick Pulgar}

Capitulo 58.

Alondra's POV.

Había terminado de ordenar toda mi ropa tanto en el closet como en la maleta cuando el Erick me avisó que el almuerzo estaba listo, por lo que dejé mis metas cerradas en el closet y bajé.

Al llegar al comedor, me encontré con que ya estaban todos sentados esperándome para comer.

- Que rico huele. - dije apenas me senté.

- Lo hice yo. - dijo el Mauricio metiendose una cucharada a la boca y saboreando mientras que el David solo rodó los ojos a lo que yo lo miré confundida.

Seguimos comiendo en silencio y mientras comía me puse a pensar sobre las distintas razones por la cual el David actuaba de esa forma cuando yo estaba presente.

Al finalizar con el almuerzo, todos dejamos la loza en el lavaplatos pues el Luis se ofreció a lavar, ya que el Mauricio había cocinado, el Erick y yo íbamos a estar ocupados y el David se paró apenas terminó, por lo que no le dio tiempo a nadie para preguntarle.

- Oye. - le dije al Erick mientras entraba al baño buscando mi cepillo de dientes y la pasta dental.

- Dime. - dijo pasando por detrás mío para alcanzar su cepillo.

- ¿Es mi idea o el David anda raro?. - le pregunté frunciendo el ceño.

- Siempre anda raro. - dijo despreocupadamente.

- Sí, pero hoy andaba más raro que antes. - le puse pasta dental a mi cepillo y comencé a limpiarlos como me había enseñado el dentista hace muchos años atrás.

- Quizás sea por lo que me dijo en la mañana. - me dijo y yo lo quedé mirando pues él no me había comentado nada con respecto al David.

- ¿Qué te dijo?. - me saqué el cepillo de la boca y me apoyé en el lavamanos mientras lo miraba esperando que me respondiera.

- Me dijo que intentaramos no hacer tanto ruido cuando teníamos sexo. - claro, el Erick lo dice como si nada pero yo, yo me sonrojé entera; primero, porque uno de sus amigos me había escuchado gemir y segundo, porque me molestaba que él no me haya comentado eso.

- ¿Por qué no me dijiste?. - dije enojada.

- Porque pasó hoy antes de que te despertaras. - se enjuagó con el líquido especial para esa acción. - Y cuando te levantaste, te veías tan bonita que no quise arruinar tu día. - se encogió de hombros quitado de la pena.

- ¿Y tú que le dijiste?. - metí nuevamente el cepillo para seguir con la tarea que había dejado pendiente debido al shock que me había producido el enterarme de lo que le dijo el David.

- Que bueno. - se encogió de hombros y se secó la boca. - Y antes de que te enojes, dejáme decirte que yo también me sentí pasado a llevar porque él no me lo dijo antes pero así como tú y yo nos sentimos pasados a llevar, él también y como los tres estamos en la misma posición, no quise agrandar un problema que se puede resolver super fácil. - dijo firmemente mientras se secaba las manos y me miraba fijo.

- Bueno. - me encogí de hombros para no pelear. - Supongo que debo pedirle disculpas.

- Los tres tenemos que hablar. - ladeó su cabeza. - No quiero que él sienta que lo dejo de lado y tampoco quiero que tú sientas lo mismo. - boté el exceso de pastal dental al lavamanos y tomé el enjuague bucal para utilizarlo.

- Entiendo tu posición. - dije asientiendo y tomé del líquido, haciendo gárgaras en mi boca para, finalmente, escupirlo todo. - Y me parece bastante razonable el hecho que quieras conversar el tema. - moví mis ojos buscando mi toalla de manos. - Porque hay que solucionarlo de la mejor forma posible. - tomé la toalla y comencé a secarme las manos.

- Por eso me encantas. - me abrazó el Erick besando mi frente. - ¿Quieres hacer algo ahora?. - me preguntó alejandose de mi mientras me miraba a los ojos.

- Estaba pensando en fumar lo poco de marihuana que me queda en la pipa. - le sonreí.

- Te acompaño. - dijo él.

Salimos del baño y yo me acerqué a mi mochila donde tenía la pipa y el último poco que me queda de lo que me había traído desde Chile. Una vez tuve todo en las manos, comenzamos a bajar hasta el patio donde nos sentabamos siempre que yo quería fumar.

Cargué la pipa y comencé a quemar con el Erick mirando todos mis movimientos. Por un lado me gustaba quemar en la pipa pues quedaba vola' mucho más rápido pero por otro lado, no me gustaba quemar mucho ahí porque, literalmente, se terminaba quemando todo si es que no aspiraba bien.

- Hasta verte drogandote me gusta. - dijo el Erick riendo.

- ¿Te enculaste fuerte?. - moví mis celular divertida.

- Mucho. - rió él y yo tocí tanto por la quemá' que le había dado, como por lo que él respondió.

- Esto no tenía que haber pasado. - negué con la cabeza sonriendo.

- ¿A qué te refieres?. - ladeó la cabeza al preguntar con curiosidad.

- Me refiero a que. - tocí para aclarar mi garganta. - Me gustas y mucho. - suspiré. - También te quiero mucho. - ladeé mi cabeza. - Y te voy a extrañar mucho. - comencé a sentir muchas ganas de llorar en ese momento.

- Yo también te voy a extrañar mucho. - me abrazó y comenzó a darme besos en la cabeza. - No sabes cuánto te quiero.

Si bien nos quedaban muchas horas para estar juntos y seguir disfruntando de la compañía del otro, el simple hecho de saber que estaríamos separados por varios días, me hacía sentir como si mi hogar no estuviese en Chile pero si está en Italia, junto a él.

- Hola. - se sentó el David al lado de nosotros, por ende nos separamos. - Quiero hablar con ustedes.

- ¿Qué pasó?. - preguntó el Erick a la defensiva, por lo que yo puse una de mis manos en su pierna, haciendole saber que yo estaba tranquila, que el David estaba tranquilo  y él también tenía que estar tranquilo.

- Hoy en la mañana que hablé contigo siento que fui un poco greso y que tú te enojaste. - se dirigió al Erick. - Bueno, Alondra, por si el Erick no te contó. - suspiró y yo miré al Erick, éste se quedó en silencio y yo seguí su accionar. - Mi pieza está al lado de la de ustedes y todos estos días escuché todo. - me miró serio.

- Yo... - no sabía que decir la verdad, así que miré al Erick.

- Ya. - asintió él seriamente. - Yo entiendo que te haya molestado poraue no es agradable. - el David asintió sin pronunciar ni una sola palabra. - Pero también es desagradable para nosotros entrarnos luego de varios días. - esta vez asentí yo.

- Personalmente. - tomé la palabra esta vez. - Te pido disculpas. - tragué saliva para tener, aunque fuesen unos cortos 10 segundos para pensar. - Pero como te dijo el Erick, yo también me siento muy pasada a llevar. - hice una mueca con mi boca.

- Te pido disculpas también, entonces. - sonrió. - Y, hermano. - miró al Erick esta vez. - Disculpa también, he tenido una pésima semana y me desquité con ustedes.

- No te preocupes. - se paró el Erick y ambos se abrazaron.

Cuando cortaron el abrazado, el David se giró hacia mi y me abrazó, lo que me tomó por sorpresa pues había sido bastante hóstil estos días. Para no ser descortés, acepté su abrazo y también lo abracé.

- Cuida a mi niño, que te quiere y se nota. - me dijo al oído.

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7/10.