Regresé a casa y encontré a Jojoy a Kang . ¿Qué hacía aquí? Jojo me sonrió, le devolví la sonrisa. No quería ser descortés con ella. Pero me molestaba verlos... juntos ¿A qué hora vino? ¿Y si pasó algo entre ellos? Aun no olvido que Kang le propuso a Jojo ser su... novia.
—¿Dónde estabas? —
Preguntó serio. Sacándome completamente de mis pensamientos. Y ahí estaba de nuevo el dominante Song Kang.
—Salí. Eso es... más que ovio—respondí—
—¿Y tú móvil? No contestaste ni una de mis llamadas—indicó—
—Debí olvidarlo—respondí harta de sus preguntas—
—Creo, que necesitan estar... solos—
Susurró Jojo. Yo solo hice un gesto y negué. ¿Quién se creía para venir y preguntarme 'Dónde estabas'?
—Puedes quedarte, sería de mala educación dejar a un amigo solo. Mejor acompáñalo. Ahí hay películas, la casa es suya. —sonreí—
—____...—
—Todo está bien Jojo, estoy realmente cansada. Traten de no hacer bulla y no subirle mucho el volumen que desearía descansar un rato. No tuve una buena noche, que digamos—
Dije en un gesto, subí a mi pieza dejándolos solo. Dejé mi bolso a un lado y me tiré a la cama. Estaba cansada, las pesadillas no paraban. Ahora dormir era realmente terrible para mí. Aunque aún no entendía por qué. Por qué a de soñar eso. Era extraño.
Tomé mi móvil que estaba en mi velador. Y si tenía veinte llamadas de Song Kang . Por Dios que exagerado, ni que me fuera a ir a otro país.
—¿Creíste que eso me detendría? —
—Solo déjame en paz—
—Abre la maldita puerta, ____—
—Vete al diablo—
—¡____!—
Un golpe hizo que me levantara rápidamente. Mi corazón latía más rápido de lo acostumbrado. Dios estaba volviéndome loca ¿O qué? ¿Cuándo será que esas pesadillas lleguen a su fin? Froté mis ojos y me dirigí a abrir la puerta. Y ahí, estaba él. Molesto ¿Ahora que tiene?
—¿Qué es lo que quieres? —
—¿Qué es lo que pasa contigo? —
Preguntó, mientras entraba. Ni cuenta me di que le di permiso para que lo hiciera. ¿Qué pasaba conmigo? Que pasaba con él. Rodé los ojos y me acomodé en mi cama. Mi móvil vibró. Estiré mi mano para alcanzarlo pero alguien actuó más rápido que yo.
—Dámelo Song Kang —ordené—
—¿Aun sigues con ese imbécil? —gruñó—
—¿Aun sigues con la perra esa? —
Pregunté enojada. No tenía derecho a reclamarme nada, cuando el no dejaba a la estúpida de Madisson. Él no respondió. No tenía ni que decir, porque sabía que tenía razón.
—Eso pensé—
Me levanté estirando mi mano para que me devolviera el móvil. Pero él no lo hizo. Intente arrebatárselo, aunque él reaccionó más rápido que yo. Colocándolo tras sus espaldas ¿Acaso estaba jugando? Estaba enojada.
—Dámelo—ordené—
—No—
—¿Sabes? Quédatelo, es más te lo regalo. Si quieres puedes metértelo por donde más te entre. Ya no lo necesito. Adiós—
—¿A dónde vas? —
Preguntó, mientras iba detrás de mí. No respondí. Seguí caminando y bajé los escalones saliendo de casa. Él tomó mi brazo deteniéndome.
—BASTA ¿Qué mierda tratas de hacer? —
—Evadirte ¿Eso no es más que ovio? No quiero verte, Song Kang—
—¿Por qué? —preguntó prepotente——¿Por qué? —reí sínicamente—¿Todavía preguntas por qué? Aun no olvido que hiciste ayer, te dije que no. Te pedí que no lo hicieras, y a ti te importo una mierda lo que dije. —
—¿Y a donde piensas ir? Te recuerdo que no podrás evadirme siempre, eh. —
—¿A dónde iré? ¿Quieres saber? —pregunté, el asintió—Iré a revolcarme con Jimin, Song Kang. Eso haré ¿Ahora estás feliz? —
