Le seguí el beso, él sonrió. Bajó sus manos lentamente y empezó a desabotonar mi blusa; dejó a la vista mi brasear blanco. Me tomó de la cintura y empezó a caminar, no sabía a donde me guiaba, estaba de espalda y él no quitaba sus labios de mí. Mis piernas chocaron con algo, estábamos en su habitación. Me recostó en la cama y se apoyó en sus codos, le dediqué una sonrisa.
—¿Por qué eres tan hermosa? ¿Y a la vez imposible?
—A sí me hicieron.Levanté los hombros, el rio. Abrió mi blusa, levanté mi cuerpo, para poder quitármela, acarició mi vientre y depositó un besó allí. Bajó sus manos a mi leggin y las bajó lentamente, levanté el trasero para las que las quitase. Quitó un botín y lo dejó caer e hizo lo mismo con el otro, quitó por completo la leggin y subió hasta mis labios para besarme. Besa ligeramente mi mandíbula, y baja a mi cuello, me retuerzo, desabrocho mi brasear, y lo tiró. James abre los botones de su camisa, le toco el pecho y muerdo mi labio.
Bajo las manos hasta sus vaqueros y se lo desabotono, se lo quito despacio sin apartar la vista de la suya. James besa mis pechos, pasa su lengua por mi pezón, cierro los ojos disfrutando la excitación. Le tomo del rostro y le beso, acaricio su espalda descubierta.
James tomó los extremos de mis bragas y la deslizó, le bajé el bóxer. James entró en mí lentamente, formé una 'O' con mis labios, cada vez aumenta el ritmo, tiene la boca ligeramente abierta y le cuesta respirar, gime. Cierra los ojos y vuelve a penetrarme, una, dos, ya perdí la cuenta. Tiró de mi pezón e hizo lo mismo con el otro, grité y el subió a mis labios; para besarme.
Besó mi cuello, tomó un seno en su mano y lo masajeó. La embestida fue más rápida, arquee mi espalda, el hundió su cabeza en mis pechos y se dejó ir, al igual que yo. Salió de mí, delicadamente, se acomodó a mi lado y besó mis labios. Le abracé, mete su mano entre mis cabellos y juega con un mechón, se sentía muy bien eso; era relajante. Lentamente fui cerrando los ojos, por primera vez sentí que hice el amor y eso se sentía... muy bien.
Abrí los ojos de golpe, tenía el corazón muy agitado; esa pesadilla ¿Y si ocurría? No podía estar aquí, no podía exponer a James de esta forma ¿Si Song Kang se entera en dónde estaba? ¿Si lo mataba como en mi sueño? ¡No! Le quería, mucho. Pero no quería que le pase nada malo. Le tenía enfrente mío, estaba dormido, le acaricié la mejilla; era hermoso. Me levanté con cuidado de no despertarlo. Tomé su bata, recogí mi ropa y busqué el baño. Estaba al fondo del pasillo, traté de no ser tan ruidosa, tomé una ducha rápida, sequé mi cuerpo y cambie, lo más rápido posible, colgué la bata en un perchero que había ahí.
Caminé hacia la habitación nuevamente, miré en el reloj de la mesa de noche de James y eran las tres de la tarde, tomé mis botines, que estaban al lado izquierdo de la cama, levanté la vista y había dinero allí. Lo pensé por un momento y lo cogí, no traje dinero y debía regresar. Me coloqué mis medias y salí de ahí. Abrí la puerta, me puse los botines, con ayuda del marco, ya que casi caigo. Cerré la puerta con cuidado, subí al ascensor y tomé un taxi; le di la dirección del hotel en que me hospedaba, le pagué, bajé. Pero me di con la sorpresa de que estaba ¿Lloviendo? ¿Y eso? El clima andaba loco, aquí. Entré al hotel. Al llegar a mi piso, lo pensé por unos segundos; mierda olvidé sacar llave. La puerta se abrió, me quedé perpleja al verle ¿Qué hacía a esta hora aquí? solía llegar siempre a las diez u once.
—¿Dónde estabas?
—Yo... fui a...
—¿A dónde fuiste?
—Estaba con James...Dije cabizbaja, le vi de reojo y tenía la mirada fija a la nada, mierda; mierda y más mierda. Está molesto, pero no tenía una excusa, si decía que fui a comprar no me creería. No traía nada en manos, di un paso hacia adelante y le abracé.
—Por favor, por favor. No te enojes.
—¿Qué hacías con ese imbécil?
—Fuimos a pasear, solo eso.
—¡Estas mintiendo!Gritó, tomó mis brazos y los bajó de su cintura, los apretó e hice una mueca.
—No.
—Estas con el cabello húmedo. Dime que hiciste, _______.
—Kang está lloviendo, no hice nada. Solo paseamos.
—¡Mírame!Levantó la voz, le vi fijamente ¿Por qué? ¿Por qué debía de estar aquí?
—¿Pasó algo más? ¿Te besó?
Tragué saliva, no solo me besó, hizo algo que tú nunca harás. Me hizo el amor, Song Kang.
—¡Dime!
—No.
—No te creo.Tomó mi rostro con la mano izquierda y lo hizo a un lado, inspeccionándolo ¿Qué quería ver? Lo giró al lado derecho ahora.
—Dime que no pasó, lo que estoy pensando.
Susurró, apretó los labios. Tenía que acabar con este tema. Ahora mismo.
—No, no pasó nada. Pensé que estarías en el trabajo.
—Llamé y nadie contestaba, vine lo más rápido posible. Pensé que te habías ido.
—No me iré, Song Kang.
—No quiero que le vuelvas a ver ¿Entendiste?Estaba serio, al menos no reaccionó como siempre. Debí de pensar que llamaría, pero no soy adivina para saber cuándo llamará, tampoco.
—Pero...
—¡Ni un pero, _______!
—Song Kang...
—¡Joder ______! ¡Ya déjalo, no y punto!Se giró, y caminó directo.
—¡Es mi amigo! ¡Yo no te prohibí que te vieras con Natasha! ¡Y eso que te la tirabas!
—Eso es diferente.Su rostro aún seguía serio y me señaló con el dedo índice.
—¿Diferente?
Pregunté con ironía.
—¿Diferente cómo? ¡Dímelo!
—¿Sabes? No quiero tocar ese tema, me voy.Caminó directo a la puerta, pero yo se lo impedí. Colocándome en frente de esta.
—Muévete.
—No.
—Hazte a un lado.
—No.
—¡Mierda!Tomó mi muñeca y me jaló, haciendo a un costado. Mierda, odio que tenga tanta fuerza, impacté mi cuerpo contra la puerta cerrándola de golpe, cuando él la abrió. Gruño y trató de abrirla nuevamente.
—Dime porque es diferente. Solo porque tú te la tiras ¿Por eso?
—¡Quítate!
—¡Dímelo!
—¡Deja de joder!
—No, no lo haré.Dije firme, giró su cuerpo y golpeó la puerta. Justo al lado de mi rostro, abrí los ojos como plato. Mi corazón se agitó.
—Muévete o no respondo, _______.
—No.Di un paso hacia adelante, tenía la frente de Song Kang junta a la mía.
—Estas tan desesperado ¿Por qué quieres irte tan pronto, eh? ¿Te está esperando? ¿Es eso? ¡Dime! Te gustan las zorras ¿No? Entonces lárgate, vete a vivir con ella. Así me dejas en paz, corre, fóllatela. Todo lo que quieras ¡Me vale mierda!
Su mano impactó mi mejilla, quité mis cabellos que tapaban mi rostro y le empujé.
—James es mucho más hombre que tú.
Le aseguré, pasé por su costado golpeándole el hombro.