Jueves, por fin era Jueves, solo un maldito día más y se acababa la semana. Me levanté y alisté, para ir al campus. No tenía muchas ganas de caminar, así que solo lo hice hasta el paradero del autobús. Al tomarlo, me dejó al frente del campus. Entré y dejé mis cosas en mi casillero. Solo saqué lo que me tocaba, Matematica. Odiaba este curso.
Rápidamente me dirigí a mi salón y me senté en mi lugar, hasta esperar que el vendito profesor aparezca. Este fue el día más lento que tuve. Y aburrido, gracias a Dios el timbre del receso sonó. Jojo giró a verme y dijo:
—¿Vamos? —
—Ahora te alcanzo—sonreí—
—Bien...—
Jojo salió y yo a los tres minutos. No me sentía muy bien que digamos. Me dolía el estómago. Caminé por los pasillos dirigiéndome a la cafetería, pero no veía a Jojo. Era algo realmente extraño. Caminé por toda la cafetería y no, no estaba ¿Dónde se metió? A lo lejos divisé a dos personas en la cancha de futbol. Salí de la cafetería e intenté reconocerlos y... ¡Era Jojo con Christian! ¿Besándose?
***
Decidí comer sola, ya que Jojo esta por lo visto muy, pero muy entretenida. Realmente comer sola, no es nada agradable. Una chica se me acercó y dijo:
—Te llaman—
—¿Quién? —pregunté—
—Me dijo que no te dijera el nombre. Te está esperando fuera del baño de mujeres. Bye—
Indicó. Para luego salir corriendo ¿Esto podía ser más extraño? Claro que no. No conocía a esta chica, no estaba en uno de mis cursos. Vi que se sentó a unas mesas de mí y no me quitaba la vista de encima. Mientras me hacía señas, para que fuera en la dirección que me había dicho yo solo negué. Mi móvil empezó a vibrar, era un mensaje en cual decía:
>> ¿Me dejarás esperando? <<
Decidí ignorar aquel mensaje que proveía de un número desconocido. Di una mordida a mi sándwich y me di cuenta que había algo ahi. Dejé de masticar y abrí el emparedado ¡Joder había un insecto! Rápidamente con la mano en la boca corrí hacia el baño para escupir aquel pedazo. Me mantuve con las paredes del angosto baño y me puse en frente de la taza del excusado tomé aire y empecé a regresar lo poco que había ingerido. ¡Era desagradable!
Jalé la palanca que había al lado y rápidamente desapareció. Enjuagué mi boca en el lavamanos y mojé las puntas de mi cabello ya que había caído parte de lo ingerido. Hice una coleta e inhalé profundamente antes de salir. El estómago empezaba a dolerme.
—Pensé que no vendrías—
Giré rápidamente hacia ya dirección de aquella voz y... debía imaginarme que era él. ¡Claro número desconocido! Decidí solo ignorarlo. Y seguir de largo. Mi casillero no estaba tan lejos. Quería una menta además de sacar los libros del siguiente curso. Pero el solo me seguía.
—Basta—
Exclamé girando a verlo. Él solo me sonrió. Esto no podía ser. Él no podía hacer eso. Levantó lentamente la mirada ¡Joder! ¡Lo estaba haciendo! Sabía que no podía cuando él me veía así. Sabía que mi corazón se agitaba cada vez que hacia eso. Inhalé aire profundamente y giré, para caminar rápidamente a mi casillero. Lo abría y saqué una menta para metérmela a la boca.
—¿Acaso vomitaste? —Preguntó—
—¿Acaso te importa? —
—¡No jodas! ¿Estas embarazada? — exclamó—
—NO. No lo estoy ¿Dejaras de hacer preguntas estúpidas? —
Pregunté molesta. Sabía perfectamente que no estaba embarazada, ya que los exámenes que me hicieron salieron negativos. Y como olvidar aquel sándwich, no podía olvidar aquel insecto en mi boca.
—La gente no vomita por estar loca—
—¿Sabes por qué vomité? Por qué había un insecto en mi sándwich ¿Ahora estás contento? —
—No. —
—Qué bueno—
Sonreí falsamente, tragué la menta y giré a sacar mis libros pero alguien se apresuró a cerrarlo. Estaba molesta por su estúpido comentario y ahora aún más ya que casi agarra mi mano al cerrar el estúpido casillero ¿Acaso no piensa?
—¿Pero qué mierda sucede contigo?
—Veo que aún traes el anillo—
Señaló mientras llevaba su mirada a mi mano. Y si lo tenía, no tenía el valor para quitármelo. Escondí mi mano detrás de mi espalda y solo desvié la mirada. Él me tomó de las manos y me apegó a él. Para luego besarme y susurrar un 'Te amo'.
