Tal vez no tenía con que regresar o llegar, por eso le pidió a Christian que le acompañase. Si debió de ser eso. Se notaba cansado, molesto. Realmente no sabría, a veces puede parecer molesto, cuando en realidad está contento por dentro.
—¿Estás enojado?
—No... ¿Tendría razones para estarlo?
Yo solo negué. Caminé hasta la mesa de noche y dejé mi cartera de mano ahí. Kang tomó la parte baja del vestido y me atrajo a él. Se levantó y rozó la punta de su nariz con la mía. Llevó sus manos detrás de mí nuca; desatando las cintas del antifaz. La quitó de mi rostro y la dejó en la mesa de noche, lanzándola. Traía un brillo único en los ojos, lleno de pasión y lujuria. Él no quitaba la vista de mis ojos, al igual que yo.
Apenas parpadeábamos. Acarició mi mejilla con su dedo índice. Cerré los ojos ante su tacto e inhalé profundamente. Mi respiración se volvió agitada. Mi corazón bombeaba la sangre, tan rápido que sentía y escuchaba su ritmo. Besó mi mejilla, luego la comisura de mis labios. Con la mano izquierda hizo mi cabello a un lado, sus labios contactaron con mi cuello. Solté un leve gemido, ante aquella sensación que me hacía sentir.
Ladee mi cabeza, dándole más acceso a él. Podía sentir como sonreí, aunque no estoy muy segura. Levantó el rostro, hundí mis dedos en su cabellera y lo atraje a mi boca. Lo apegué más, haciendo el beso más intenso... apasionado. Introdujo su miembro bucal en mi boca, y yo le di acceso abriéndola más. Sus manos bajaron lentamente por mi espalda, hasta llegar a mi trasero. Él cual lo apretó, haciéndome sentir su erección.
Solté un gemido. Coloqué mis manos en su pecho, empezando a desabotonarle la camisa blanca que llevaba puesta. Al tener el pecho al aire, le acaricié; estaba caliente y firme. Le quité el saco y con él se fue la camisa, yendo a parar al suelo.
—Quiero quitarte el vestido, ______—susurró en mí oído—
—Hazlo
Jadeé, me voltee dándole la espalda. Me tomó de la cintura y besó mi cuello, haciéndome estremecer. Apegó mi trasero en su erección y yo gemí nuevamente. Mis hormonas estaban totalmente alborotadas... locas. Puse escuchar el sonido de la cremallera del vestido siendo bajada. Subió sus manos a mis pechos y yo las sostuve, para empezar a bajármelo.
Cuando la puerta sonó, ambos giramos en dirección a esta. Al menos le puse el pestillo. No dimos importancia a aquello. Kang tiró del vestido, bajándolo completamente. Di un paso hacia adelante, y con un pie lo hice a un costado. Él se quitó las supras negras, llevé mis manos a su pantalón y se lo desabotoné. Me dio un empujón contra la cama, haciendo que cayera con una sonrisa pícara e excitada. Tomó una pierna y besó mi empeine, para sacar el tacón. El cual cayó rápidamente al piso.
E hizo lo mismo con la otra, sus labios subían cada vez más. Tomó mi mano y jaló de ella, levantándome de la cama. Ahora era cinco centímetros más baja que él. Con las yemas de sus dedos recorrió mi espalda descubierta, haciendo que una corriente estremezca todo mi cuerpo. Le bajé el pantalón, él dio un paso atrás haciendo a un lado la prenda. La puerta sonó nuevamente, pero esta vez fue acompañada con una voz.
—_____ compre pizza ¿Deseas?
¿Ahora? Ahora solo deseo a Kang... en mí. Kang me volteó y apegó mi trasero en su miembro duró, no pude evitar gemir.
—¿Dijiste algo?
Preguntó Calum. Las manos de Kang tomaron mis pechos y los apretó, haciendo que jadee ¡Dios mío!
—______ ¿Estas bien?
Sonaba preocupado. Tal vez sea porque no le respondí aún. Pero no podía emitir palabra alguna. No con Kang así y haciéndome esto.
—De... bo res... ponder... le
Jadee. Él no contestó y besó mis labios. Si seguíamos así, no le respondería nunca a Calum, me separé de Kang y corrí a la puerta. Pero antes de abrirla el cuerpo de Kang me impactó, haciendo que me apegué a esta.
—¿Qué fue eso?
Preguntó Calum del otro lado. Mierda Kang.
—Tropecé...
Contesté tratado de ocultar la excitación que llevaba encima. Pero era algo imposible. Kang besó mi cuello, para luego pasar su lengua por él. Una pequeña risa se me escapó, él levantó la pelvis haciendo que su erección choque con mi trasero. Si seguíamos así, no lograría deshacerme de Calum.
—Basta... basta...
Susurré dificultosa.
—¿Por qué?
—Porque sí—reí—
A él no pareció importarle. Así que le di un leve empujón alejándolo de mí. Él solo rio. Abrí la puerta, asomando la cabeza. Y ahí estaba él.
—¿Qué es lo que quieres?
Pregunté, con la voz ronca, tratando de parecer molesta.
—¿Quieres pizza?
Sonrió cuando sentí una mano en mi abdomen, luego la otra. Empezó a acariciar mi vientre. Sus manos subieron lentamente a mis pechos. Yo solo cerré los ojos, fingiendo que aún estaba molesta.
—¿Y?
—No
—¿Segura? Esta deliciosa.
—Ujum...
Mordí mi labio inferior. Evitando gemir.
—Mía... ¿Oíste?
Susurró Kang en mi oído izquierdo.
—Si
Respondí en un jadeo.
—¿Quieres o no?
Preguntó desconcertado. Kang recorrió mi pierna con la mano izquierda, la cual subió a mi muslo. Acarició mi nalga y dio un azote en ella. Di un grito.
—¡No!
—Bien...
Rodo los ojos Calum. Le cerré la puerta y giré a ver a Kang, quien traía una sonrisa de oreja a oreja y me guiñó un ojo.
—¿Lo hiciste a propósito verdad?
Reí. Ya que me había hecho gritarle a Calum. No era que no quería solo... que fue gracioso.
—¿Tú que crees? Sonrió de lado.
