Jimin mejoró, con los días, Jojo y el se hicieron muy buenos amigos, por así decirlo, me visitaba casi todos los días, y en esos pocos, llegó a ganarse mi cariño y confianza, mis padres creían que olvidé a Song Kang y que el era ni nuevo novio, pero yo solo les aclaré que eran mi amigo.
—Tu habitación siempre para... ¿Asi de ordenada? —preguntó—
—Si—reí—¿Qué ... la tuya no? —el tan solo negó—Ya me la imagino—
—¿No tienes calor? —preguntó—
—Solo un poco—respondí en un gesto—
—Entonces quítate esa polera que traes, con solo verte... siente que me hago chicharrón—yo solo reí por si comentario—
—Asi estoy bien—aclaré—
—Mentirosa...—susurró, el se acercó a mí y tomó mi mano, para luego retirar la polera que tapaba mis muñecas—Lo sabía, sabías que eran cortes—exclamó—
—Baja la voz—dije nerviosa, quite sus manos de mis muñecas y tan solo las tapé—
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó—
—No... No lo sé—respondí—Solo lo hice...—
—No, fue por el estúpido de Kang, y no me vas a decir que no, por que sabes muy bien que es cierto—inidcó—¿No te duele? ¿No te duele lastimarte a ti misma? —yo solo negué—
—Mas duele, la razón por la que lo hago...—dije—
—Ya no lo hagas—susurró—
—No es fácil, no sabes lo que siento—indiqué con lágrimas en los ojos—
—Claro que si lo sé... Se que lo extrañas, que darías todo por tenerlo nuevamente a tu lado, pero que es imposible, te duele, cada vez que el pasa al lado tuyo, como si nada hubiera pasado, te duele que no puedas abrazarlo y decirte todo lo que sientes por el...—yo solo no dije nada—Como no sabes como me duele, ver que te haces daño—concluyó—Ya no lo hagas, por favor...—susurró, mientras me abrazaba, yo solo lloré en su hombro—Todo estará bien, el no merece tus lágrimas ¿Oiste? —tomó mi rostro y con cada dedo índice secó cada lagrima que brotaba de mis ojos—Sabes que cuentas conmigo—beso mi frente—
—Gracias—traté de sonreír—
—Jura que no lo volverás a hacer—dijo serio—
—Yo...—balbucee—
—Juralo—interrumpió—
—Lo juro—sonreí—
—Ahora regálame una sonrisa—yo traté de sonreír—Vamos, sonrié —yo solo negué—O te haré cosquillas...—dijo gracioso—
—Cosquillas NO—le advertí, pero sus manos llegaron a mi estomago y las risas me invadieron—
—Basta, basta—reí, mientras caía a la cama, cerré los ojos, mientras que tomaba sus manos, para que dejara de hacerlo, para cuando los abrí tenía a Jimin mas cerca que nunca, sentía tu respiración y veía el nerviosismo en su mirada, el sonrió y cada vez se acercaba más y más yo solo cerré los ojos, no quería saber que seguiría después... de esto.