Levanté mi rostro, lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, nunca pensé que lo haría, el se acercó a mí y yo tan solo retrocedí.
—Yo... lo siento, solo que tú...—
—VETE A LA MISMA SONG KANG—exclamé levantándome, tomé mi bolso y me dirigí a la salida, pero algo o mas bien alguien me detuvo—
—Déjame verte—susurró, mientras tomaba mi rostro y retiraba mi mano con la cual cubría mi mejilla—Lo siento...—
—No te creo—respondí—
—Solo que tu... me alteras—exclamó—Pérdoname—
—Te podré perdonar, pero nunca lo olvidaré ¿oiste? NUNCA—dije con lágrimas en los ojos, el solo me calló con un beso—
—Entonces NUNCA olvides que te amo...—susurró—
*
—¿Pero que es lo que te paso? —
Preguntó mi madre, al observar mi rostro. Se veía espantada ¿Y como no estarlo? Si tenía la mejilla hinchada por el golpe del estúpido de Song Kang.
—Te explico adentro—
Contesté en una mueca. Mamá me abrió la puerta del todo y yo me acomodé en el sofá. ¿Qué le digo? '¿Kang me pegó, por que le dije que era un hijo de puta?'. No creo que sea bueno, ni para él ni para mí. No quería meterlo en problemas. Si como no. 'Mierda ______ ¿Por qué sigues ocultando todo lo que el hace contigo?' Me decía mi yo interior a mi misma, pero muy en el fondo se escuchaba otra voz, media quebrada que le contestaba 'Porque lo amas'. ¡No yo no lo amo! Le aclaré.
—Traeré una bolsa de hielo. Para bajar esa hinchazón. Pero vamos... Cuéntame—
Ella se dirigió a la cocina, nerviosa. Y yo solo tragué en seco, sentía un nudo en la garganta y no quería llorar, porque ella no me iba a creer la mentira que le diría.
—Estaba pasando por el parque, y no me fijé que estaba cerca muy cerca de los columpios y un niño me pateo... accidentalmente—
Ella me miró horrorizada, traté de no quebrarme y empezar a llorar como una loca. Tomé la bolsa de hielo y la mantuve en mi mejilla, mi madre besó mi frente y yo solo traté de sonreír.
—Estoy realmente cansada, y adolorida. Si no te molesta quisiera ir a mi pieza—
Susurré, mi madre asintió. Tomé mi bolso y me dirigí rápidamente a mi pieza, para encerrarme ahí. Aun con la bolsa de hielo me dirigí al espejó que se encontraba al lado izquierdo de mi escritorio. Alejé la bolsa de mi mejilla y me inspeccioné. ¡Eres una estúpida! Me decía por dentro. Tiré la bolsa al suelo y me lancé a mi cama, cogí fuertemente la almohada y tapé mi rostro con ella. Grité, tratando de desahogarme. Lágrimas inundaron mis mejillas. ¡Soy una estúpida! Me levanté y tomé mi móvil, no planeaba ir así al campus y Jimim me recogería mañana.
—¿Jimin? —
Pregunté. Traté de no quebrarme, no quería que me viera así. No quería una pelea, ya estaba cansada de todo esto.
—Sí. ¿Qué pasa bonita? —Preguntó—
—Mañana no iré al campus. Así que no pases por mí—le aclaré—
—Está bien. ¿Pero por qué no iras? —sonó algo preocupado—
—¿Vienes a la salida? —
—Okay. Te quiero, bonita—
—Yo más. —
Respondí para luego cortar, ¡No, no tu no lo quieres. Deja de engañarte! Gritó mi otro yo. ¡CALLATE! Me dije a mi misma. Estaba volviéndome loca. Hablando así, sola. Dejé el móvil a un lado y me quedé observando el techo. ¿Aún seguía amando a Kang? ¿Lo seguiría amando después de esto? ¿Realmente quiero a Jimim? ¿Jojo me perdonará por traicionarla? Miles de preguntas me invadían y del cansancio me quedé dormida.
—Te quiero. —
Susurraron en mi oído. ¡Mierda! Era su voz, la reconocería en cualquier lugar ¿Pero dónde está? ¿A dónde se fue? Una puerta apareció en mí delante ¿En dónde estoy? Tomé el cerrojo y abrí la puerta, la cual chilló por lo vieja que estaba, y ahí estaba ¡YO! Tirada. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Kang llorando con un cuchillo a mi lado? Estaba perpleja, solo quería salir corriendo, tomé aire y me acerqué, me di cuenta que está sangrando del abdomen ¿Acaso el me hizo esto? Di un paso hacia atrás, pero el levantó la vista ¡Me está mirando! ¡Mierda!
—No te vayas. No me dejes. —estiró su mano hacia mí, lágrimas de desesperación empezaron a recorrer mis mejillas. Él... él ¡Me lastimó!
—¡NO!. ¡NO! —
—_____ Despierta—me agitó mi madre, la observé espantada. Pero luego la abracé fuertemente, oh, sí. Necesita uno de esos abrazos de mamá los cuales te dicen 'Aquí estoy. Te cuidaré'.