Cuando Jojo fue, me puse a analizar sus palabras. Ella tenía razón, Jimin no despertaba. Y ella no perdía la fe de que lo haría. Yo misma me desconocía, pero esto no era fácil. Medio campus creía que me revolqué con aquel chico y que solo inventé lo de la violación para que no me tomen de fácil o de perra. Pero... no fue así.
Él día pasó más rápido de lo normal. Calló la noche y aun pensaba en lo que Jojo me dijo. Tal vez, pueda intentarlo. Regresar al campus, retomar mi vida nuevamente. Ella tenía razón, muchas chicas terminaban embarazadas tras una violación y aun así ellas seguían adelante. Por ellas, por su hijo. Yo solo tenía que poner un pie en aquel campus y mantenerme allí. Lentamente cerré los ojos y caí en un profundo sueño.
—AUXILIO. AYUDENME—
Grité entre lágrimas. Pero el solo gruñó para luego golpearme. Lágrimas sin control inundaron mis ojos. Me tomó del cuello. Haciéndolo hacia un lado, para luego besarlo. Sus labios, tocaron mis pezones y sentía como tomaba uno en su mano. ¡No!
—DÉJAME IR—
Lloré. Pero el no hizo caso alguno. Tomó mi rostro con ambas manos y besó mi frente. Susurró algo, realmente no llegué a escuchar que fue, giré mi rostro rápidamente y mordí su brazo. Él grito, para luego maldecir.
—ERES UNA MALDITA PERRA—
Gritó, para luego golpearme nuevamente. No podía hacer más. Estaba amarrada, cada vez que gritaba recibía una bofetada. Solo quería estar con mis padres ahora.
—Suéltame, por favor... te lo suplico—lloré—
—CALLATE O TE MATO—
—No, por favor. ¡NO!—
—____ despierta—
—NO. NO ME TOQUES—
Grité. Entre lágrimas. Abrí los ojos y tenía a mi madre al lado mío. Yo solamente la abracé. Ella besó mi frente, tratando de consolarme. Tenía miedo. Las manos me temblaran y el cuerpo me empezaba a doler. Es como si aquel hombre, me volviera a golpear. Estaba cansada, desde aquel día. Siempre son las mismas pesadillas. Él golpeándome y violándome.
—Todo está bien—susurró—
—Fue... Fue tan real—llore—
—Ya pasó. Aquí estoy princesa. —
—Tengo miedo. ¿Por qué? ¿Por qué me atormentan así? —
—Ya sabes lo que dijo el psicólogo. Recordaras poco a poco. Y lo más probable era que sea en sueños—
—Ya no puedo. No puedo con estas pesadillas—
//*//
Desperté rápidamente. Tomé mi móvil y vi la hora. Eran las seis de la mañana. Quité los cobertores de mí y me metí rápidamente a la ducha. Luego de unos quince minutos, me alisté. Tomé mis libros y mi bolso para bajar inmediatamente.
—¿Y tú? —
Sonrió mi padre al verme bajar de los escalones. Deje en bolso en una silla. Y le sonreí para sentar al lado de él.
—Iré al campus—sonreí—¿Me sirves, madre? —
—Si, claro—sonrió—
—Me parece bien—indicó mi padre—
—Jojo me convenció. Ella siempre tiene la razón—
—Entonces, hay que agradecer de algún modo a Bien... pronto terminaremos, y nos graduaremos. Tal vez, aceptando que hagamos la fiesta aquí. La casa es grande—
Hice ojitos. Mi padre sabía a qué me refería. Y solo soltó. Mi madre colocó en plato con huevo y tocino en frente mío y le sonreí.
—Se a dónde quieres llegar. Y déjame pensarlo—
//*//
—Viniste—
Gritó Jojo. Mientras corría a abrazarme. Recibí aquel abrazo y bese su mejilla. Me analizó de pies a cabeza y solo me sonrió.
—Te vez... espectacular—
—Gracias. Tenías razón. Te quiero sonsa. —reí—
—Yo más. Llorona—
—Hey. No me llamabas así, desde que te perseguí con la escoba por toda la casa—reí—
—Aun lo recuerdo. Me dejaste un chicón en la cabeza—
—Le rompiste la cabeza a mi muñeca favorita—dije seria—
—Te dije que no te acercaras Al chico que me gustara—sonrió—
—Lo recordaré...—sonreí—No quiero terminar yo sin una cabeza—