Cap: 20 Me gustas. (Sin corregir)

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- Mh... - me removí al sentir que alguien me empujaba levemente del pecho.

Abrí mis ojos lentamente, sintiendo como si me hubiera quedado dormido por muchas horas. El aroma dulce y delicado me incitaba a cerrarlos y continuar, pero una presión en mi torax me lo hacía un poco difícil. Aunque, a decir verdad, no era algo que me resultara incómodo o molesto, al contrario, podía sentir cómo, entre empujón y empujón, también recibía caricias, haciéndome bajar la mirada y encontrarme con una cabellera naranja y esponjosa, la cual estaba enterrada en mi pecho, acariciando su cara contra mi ropa y soltando leves sonidos que no sabía cómo clasificar. Me mantuve observándolo, olfateándome y dejando que se apoyara en mi brazo como si fuera una almohada, hasta que, algo en mí reaccionó en el momento en que él levantó la vista y quedó a leves centímetros de mi rostro, permitiéndome percibir su aliento cálido, conectando miradas.

- J-jimin... - me aparté rápidamente, quedando sentado en la orilla del colchón y pasando saliva, dándome cuenta, gracias al reloj de mesa que yacía en el escritorio, que a penas y habían pasado cerca de veinte minutos desde que había entrado en la habitación, a pesar de que mi cuerpo se sentía sumamente descansado.

Él solo copió mi acción y quedó sentado entre las sábanas, dejándome ver la ropa para dormir que portaba, junto con un par de calcetas y un abrigo muy grande, el cual reconocí como mío, haciéndome sentir de alguna manera orgulloso o conforme. Se restregó los hijos con sus pequeñas manos hechas puños, resaltando su cara levemente sonrojada, con su cabello alborotado. No sabía si era algún efecto de sus feromonas sobre mí, o si solo hasta ahora era capaz de darme cuenta de lo adorable y bonito que podía ser cuando se acababa de despertar. Parecía bastante pequeño y lindo con cada una de sus acciones, delicadas y desordenadas, después de las cuales, dirigió su vista hacia mí y sonrió, gateando y aventándose a mi lado. Era como si fuera una bolita de feromonas justo ahora, andando por cada rincón emanando su aroma y atrayendo a cualquiera que pudiera olerlo, y, gracias a eso, creo que podía comenzar a comprender de qué iba aquello del celo.

- Kookie... - llamó de esa forma que solo me recordaba la primera vez en la que se había referido así hacia mí, junto con una voz ronca y suave, manteniendo sus ojos, los cuales parecían brillar, en los míos, y haciendo el amago de acercarse aún más.

- Jimin... - nombré otra vez, sin saber exactamente qué era lo que debía decir o si tan solo era correcto que yo continuara allí.

Su curiosa y brillante mirada me cohibía, sintiéndome completamente invadido, como si sus feromonas me estuvieran ahogando, teniéndolo en frente, con esos labios rosados que ahora parecían más voluptuosos y esponjosos que antes, y, los cuales, de alguna manera eran como una tentación.

- Te extrañé. - dijo acomodándose y recargando su barbilla en mi hombro, algo que realmente no resultaba extraño, ya que, otra de sus manías, era hacer lo mismo con cualquiera con quién tuviera confianza, es decir, todos los de la manada, sobre todo Taehyung. Pero, que lo hiciera ahora, me ponía bastante nervioso. - No me dejaron salir, Jungkookie... - se lamentó con un tono que me parecía un poco meloso, pero para nada irritante, al contrario, me comenzaba a gustar escucharlo de esa manera.

- N-no... - confirmé recibiendo una mirada un tanto molesta de su parte, al mismo tiempo que había un pequeño y abultado puchero.

- Porqué no viniste a buscarme? - reclamó levantando su mentón y encarándome.

- Jin hyung no me dió permiso. - respondí cortamente, ya que sabía que no sería capaz de soltar muchas palabras teniéndolo tan cerca, era como si su sola mirada me dejará sin aliento, y poco a poco podía sentir mi respiración acelerarse. - Debido a tu celo. - aclaré ante su insistente observación, como si de verdad esperara una explicación del porqué no lo visité.

°°La Manada°° [Kookmin] [Namjin] [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora