°°La Manada°° [Kookmin] [Namjin] [Vhope]

Cap: 21 Tendremos que cazar. (Sin corregir)

— Namjoon hyung, mis piernas ya se cansaron. - se quejó Taehyung, dejando de caminar y mostrando un puchero.

— No empiecen, yo les dije que se moderaran en la comida, pero como no me hicieron caso, ahora se aguantan. - repuso Jin hyung, aunque él también se notaba cansado, aún mantenía una postura firme y decidida.

— Pues, la luz aquí es muy buena, y el aire me refresca. - habló positivamente Hoseok, sonriendo, como casi siempre.

— Claro, todo se ve hermoso, pero no si te la vives en el suelo. - reclamó Jimin, sosteniendo su mochila en la espalda. Él se había caído al rededor de unas diez veces en todo el trayecto.

— No es mi culpa que tú. - señaló a Taehyung. - No tengas condición física. Y que tú. - movió su dedo hacia Jimin. - Tengas piedras en el trasero. - regañó finalmente, dejando a todos callados, incluyéndome y evitando que soltara mi propia queja.

— No son piedras, son mis alitas de ángel que  me pesan demasiado. - sonrió coqueto, dirigiendo su mirada hacia mí, aunque rápidamente bajé la vista para no toparme con ella.

Desde que había esquivado su intento de beso, y antes de que pudiera disculparme por haberlo dejado en su habitación llorando, él había actuado como si nada hubiera ocurrido, literalmente, ya que parecía que solo era parte de su celo, mismo que se encargó de borrar sus recuerdos durante todos esos días. Manteniendo nuestra relación de la misma manera en la que había quedado antes, y, a decir verdad, no sabía si eso era bueno, debido a que, justo como había hecho aquel día en mi cama, no había ocasión en la que nos encontráramos solos, y él no intentara besarme. Simplemente estiraba sus brazos hacia mi cuello y se acercaba apresuradamente, con los labios abultados y con claras intenciones de unirlos a los míos.

Claro que yo no sabía qué hacer, ya que, para iniciar, siempre me tomaba desprevenido y cada uno de sus intentos resultaban abrumadores para mí, dejándome sorprendido y a la defensiva, atinando únicamente a, de igual forma, colocar mis manos en su pecho y alejarlo suavemente, como la primera vez, solo que con más delicadeza y sonriendo nerviosamente. Aún no entendía porqué mi primera acción era separarlo, cuando muy dentro de mí, y, aunque me costara admitirlo, tenía claro que yo también deseaba que el espacio entre nuestros labios fuera nulo, aunque sea una vez más. Ya que su tacto permanecía tan palpables en mis recuerdos que, quería asegurarme si eran tan suaves y húmedos como lo recordaba mi puberta memoria.

Y, quizás, era justamente por eso, por mi inexperiencia, que aún no me sentía listo o capaz para llegar hasta el punto de corresponder a sus besos. No era que no quisiera, eso era obvio, si no que me abrumaba la idea de hacer algo mal, mover de la manera equivocada mi boca y disgustarle. La idea de su rechazo o que se burlara de mí, tenía mucho peso en mi conciencia y no sabía si sería capaz de verlo a la cara después de eso. Incluso, había imaginado tantas veces que lo besaba, que había armado tantos escenarios y oportunidades en mi cabeza, que solo con toparme con sus lindos y brillantes ojos me resultaba bastante vergonzoso.

Además, dejando de lado mis ideas nefastas, aún quedaba el vacío que me envolvía cada vez en la que me cuestionaba cuál sería el siguiente paso que quedaría posterior al beso.

Cómo reaccionaríamos?
Qué pasaría?
Estaba, siquiera, bien lo que hacíamos?

No lo sabía, mi mente se quedaba en blanco cada vez que me planteaba aquellas preguntas. Y, tampoco era como si pudiera pedir el consejo o apoyo de alguien. Para empezar, en quien tenía más confianza para hablar de estas cosas era Jimin. Así que esa opción quedaba cien por ciento descartada. Y, para finalizar, no tengo amigos ajenos que puedan apoyarme e incluso dar algún testimonio del cual guiarme. Tenía a mi familia, pero, pensar en decirle todo lo que me ocurría a Taehyung, o Hoseok, definitivamente era impensable también, ya que, inmediatamente surgirían interrogaciones que no estaba en condiciones de contestar. Por lo que, en resumen, estaba solo y perdido en mis propios pensamientos y problemas.