Cap: 29 Celos. (Sin corregir)

1.3K 171 29
                                    

— Ah... - oí un pequeño gemido suyo, el cual se había escapado de sus labios, mismos que, no separaba de los míos, solo para tomar aire e impulso, volviéndolos a unir. - Mh... - suspiraba al igual que yo, succionando y removiéndose en su lugar, a un lado mío, arrugando la sábana de la colchoneta. - Jungkook... - susurraba de vez en cuando, acariciando con sus pequeñas y regordetas manos mis mejillas, sujetándome y permitiendo que nuestros rostros encajen a la perfección, ladeando las cabezas para acomodarnos mejor y poder continuar con nuestros repetitivos besos.

Era de madrugada nuevamente y ambos yacíamos besándonos desde hacía una hora, parando por momentos para charlar sobre lo que yo hacía en la escuela y los nuevos deberes que él había adquirido en el taller desde su graduación. Nos acariciábamos levemente, sin cruzar la línea de lo permitido, solo abrazándonos y quedando demasiado juntos, riendo bajo por las ocurrencias que salían de manera cómica de nuestras bocas, para después permanecer silenciosos, mirándonos con profundidad en medio de la oscuridad, permitiéndome ver con claridad sus hermosos y pequeños ojos azules, los cuales se volvían medias lunas cuando sonreía con sus regordetas, adorables y proporcionales mejillas, tan suaves que, me encantaba la idea de sujetarlas con suavidad cuando nuestros labios se juntaban, iniciando una danza lenta y tranquila, con pequeños roces, que, después de minutos, se convertían en succiones más fuertes y ruidosas, metiendo nuestras lenguas en medio de la batalla de saliva que creábamos, sintiendo la calidez que el cuerpo contrario emanaba, sobre todo en el interior de nuestros paladares.

No había asco en lo absoluto, y, tampoco se sentía mal cuando él ingresaba su pequeño músculo, húmedo y resbaladizo, en mi boca, tallándose contra el mío y recorriendo cada parte que él quería, para después dejarme a mí hacer lo mismo con él. Intercambiábamos alientos bañados en el sabor mentolado de la pasta dental, saboreando la misma escencia que, cada uno, desprendía en su propia saliva, sintiendo una calidez enorme resguardarse en nuestros pechos, haciendo mover a nuestros lobos la cola de emoción al saber que se estaban conectando. Su pequeña cintura ya se había vuelto mi reposabrazos favorito y siempre buscaba dejar ahí mi mano, sintiendo la tela de sus camisas y, sabiendo que, debajo de esta, yacía una piel suave y tersa, limpia y lechosa, esperando y recibiendo escalofríos cada vez que yo lo acariciaba o sujetaba con mayor insistencia cuando necesitaba su cuerpo más cerca del mío. Su espalda se curvó un poco cuando me aventuré a frotarnos más y a introducir mi pierna entre las suyas, las cuales me recibieron y apretaron, enrollándonos y sacándonos un jadeo y suspiro satisfactorios.

Podía percibir su calor y su aroma desde su cuerpo, emanando y menzclándose con el mío, impregnándonos entre sí. Mis manos no dejaban de moverse por su cintura, espalda y cadera, yendo hasta su abdomen y sintiendo lo firme y definido que estaba, no tanto como el mío, pero acorde a su figura esbelta y curva. Nos movíamos debajo de su sábana, respirando agitadamente y sintiendo nuestro corazones latir con bastante fuerza, llegando hasta el punto en el que, ambos se habían sincronizado, sonando al unísono, creando una linda balada. No podíamos estar más juntos de lo que ya estábamos, sin embargo, algo dentro de mí no se encontraba del todo satisfecho. Quería más, sentirlo aún más cerca y contra mí, poder sostenerlo entre mis brazos de una manera que no se comparaba con la que lo tomaba justo ahora. Deseaba hacer u obtener algo de él que ni yo mismo sabía qué era, pero lo anhelaba, y mi instinto me indicaba que solo su cuerpo podría calmar mis ansias, por lo que, no podía evitar encontrarme presionándonos una y otra vez, apretando mi agarre.

No podía entenderme de nuevo, y eso me frustraba, porque, desde hacía unas semanas, a partir del momento en el que Jimin y yo habíamos sido atrapados por Namjoon y Hobi hyungs, algo en mí despertó, un lado de mi lobo que yo ni él conocíamos, y me desesperaba no entender por qué, en algunas ocasiones, mi humor variaba y, de repente, unas inmensas ganas de tener a mi novio entre mis brazos y, con mis labios pegados a los suyos, me invadía. En las tardes podía verlo caminar despistadamente por el departamento, yendo de un cuarto al otro, y algo dentro se encendía. Mi vista se agudizaba y no me permitía separar mis ojos de su cuerpo vestido. No era como si él hubiera abandonado su gusto por las bermudas y las camisas grandes, así que, era bastante consciente de que, era mi perspectiva la que había cambiado, debido a que, unas enorme ganas de abrazarlo por la cintura y besarlo me invadían de un momento a otro.

°°La Manada°° [Kookmin] [Namjin] [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora