°°La Manada°° [Kookmin] [Namjin] [Vhope]

Cap: 24 Dormir solo. (Sin corregir)

— Sabes? Es gracioso... - rió nerviosamente, sin despegar nuestros dedos, bajando la mirada y dejándome ver sus orejas sonrojadas.

— Qué es? - interrogué, bastante apenado, sintiendo mucha vergüenza al verlo reir tan divertido. - No te rías. - palmeé su hombro, tratando de detenerlo y parar sus bajas carcajadas.

— Mmh. Lo siento... - rió, cerrando sus labios y conteniendo las ganas de continuar, asintiendo y enderezándose. - Lo que ocurre es que... - se detuvo y recorrió su vista en mi rostro, colocando un gesto enternecido y compasivo. - Te ves adorable, realmente tierno. - chilló, llevando sus manos a su rostro, cubriéndose y meciéndose de un lado a otro levemente, provocando que mi rostro arda más de lo que ya lo hacía. - Aunque... - repuso,  descubriendo su rostro. - Jamás creí que mi primera declaración sería de esta manera. - indicó, haciéndome avergonzar, ya que, yo sabía bastante bien que el método que había usado era realmente patético. - Digo, dándonos la espalda y todo, fue lindo. - concedió. - Claro que, unir nuestros dedos, en vez de los labios, fue bastante creativo de tu parte. - rió, y, yo quería que la tierra me tragara. Había actuado demasiado infantil e inexperto que solo podía dejar que la vergüenza me carcomiera por todo mi ser.

— Lo siento... - hablé, riendo igual de nervioso que él, haciendo que, de pronto, poco a poco pare de reír, elevando su mirada y conectando sus ojos con los míos, figurando una pequeña sonrisa en sus labios.

— Está bien... - asintió, acercándose un poco a más, sin invadir demasiado mi espacio personal, pero quedando justo enfrente, rozando nuestras rodillas dobladas. - Y, te gustaría intentarlo? - interrogó, manteniendo su voz suave y baja, como si no quisiera que, nadie más que él y yo, lo escucháramos.

Y, bueno, mi corazón parecía querer salir de mi pecho, al igual que mis ojos, los que no podían despegarse de sus labios. Aquel par de belfos rosados y brillantes acaparaban mi atención por primera vez desde que habíamos comenzado a hablar desde hacia rato. No me había percatado de ellos, por que mi mente parecía absorbida por los nervios y temor que me causaba no saber cómo soltar toda la bomba de sentimientos que acumulaba. Y, tampoco se me había ocurrido que, comúnmente, este tipo de declaraciones se cerraban con un beso, no con la unión de un par de dedos, como un niño. Así que, justo ahora, cuando él acaba de mencionarlo, no soy capaz de alejar mi vista de sus labios, los cuales no dejan de dibujar una pequeña divertida y apenada sonrisa, haciéndolos ver aún más tentadores y esponjosos de lo normal. Había casi alucinado con volver a probarlos, temiendo que, quizás, nunca más volvería a tocarlos, pero, ahora que lo tenía tan cerca y con el permiso de besarlos, no podía pensar en otra cosa que no fuera el nerviosismo que me recorre al tenerlos a mi merced. Aunque, igual, tampoco era como si supiera exactamente qué hacer, y eso no hacía más que mortificarme, era como tener la oportunidad pero no saber cómo aprovecharla. Y, estaba claro que no quería quedar expuesto con Jimin, y menos en esta situación. Me molestaba mi inmadurez e inexperiencia, pero también sabía que, si habíamos llegado hasta aquí, no habría de qué apenarme demasiado, y me consolaba pensar que lo más vergonzoso ya hubiera pasado.

Claro que, no quería negarme. Por supuesto que no. Por lo que, no quedaba más que darle alguna respuesta afirmativa, porque, también sabía que yo no tendría qué hacer gran cosa, Jimin sería el que, seguramente, se impulsaría para besarme, así que, mi inexperiencia no sería gran obstáculo. Aunque, tampoco sabía si él poseía más práctica, ya que, conociéndolo, dudaba en que yo fuera al primer chico que besara, pero no era algo de lo que estuviera completamente convencido. Pero, dejando la experiencia de lado, sí que estaba seguro que, entre los dos, él era quien más confianza tenía.

— Mh... - afirmé, lamiendo mis labios de manera involuntaria, sintiendo mis manos sudar y mis piernas temblar. Estaba ansioso, y no podía esperar a tenerlo cerca.