°°La Manada°° [Kookmin] [Namjin] [Vhope]

Cap: 30 Good morming~. (Sin corregir)

- Mmh... - me removí en el colchón, sintiendo algo de calor y queriendo alejarme un poco de Jungkook, quien yacía a mi lado, compartiéndome un poco de su propia calidez, misma que, justo ahora, no quería, ya que, el simple hecho de sentirme acalorado me hacía perder el sueño, y, aún era de mañana, quería dormir un par de horas más.

Me retorcí e impulsé para despegarme de él, sin embargo, algo en mi abdomen y cintura me lo impidió, haciendo que yo soltara un gruñido al sentir su brazo apresándome con fuerza y manteniéndome junto a él, sin darme espacio y provocando que perciba su pecho contra mi espalda, desesperándome porque, yo cuando me levantaba sin querer, me ponía de mal humor. Aún estaba cansado, y, que él no me diera algo de espacio me estaba frustrando demasiado, por lo que, una vez más, bufé y sujeté las sábanas para ayudarme a arrastrarme, sin obtener éxito alguno, quedando tendido y molesto al ver que, no me había separado ni un centímetro.

- Mmh! - me retorcí, lanzándole una pequeña patada hacia atrás, para despertarlo y conseguir que quitara su brazo de mí, sintiendo mis ojos pesar y suplicando porque el sueño no se me quitara. - Jug- iba a balbucear para llamarlo, sin embargo, cuando quise volver a patearlo, llevando un poco de mi fuerza contra él, sentí algo extraño contra mí, quedándome quieto y silencioso al no poder captar qué era aquello nuevo que estaba chocando contra mi espalda baja, permaneciendo un momento así, hasta que, aún confundido, ví cómo él se movía, apretando aún más su agarre y soltando un pequeño jadeo.

Su cuerpo pareció estremecerse, tensando su brazo alrededor de mi cintura y enterrando su cara en mi cuello, provocándome escalofríos al sentir su aliento chocando contra mi piel, escuchando su respiración algo pesada pero agitada, junto con pequeños jadeos que soltaba al mismo tiempo que se removía incómodo, subiendo su pierna sobre las mías, envolviéndome más y causándome aún más calor del que ya tenía. Aunque, ninguna queja ni reclamo pudo salir de mi boca cuando, de repente, él se impulsó, como si hubiera encontrado por sin la posición que necesitaba, para mover su cadera y empujarla contra la mía, provocando que mi cielo se frunza con extrañeza e inquietud, despertándome un poco más y tratando de girar mi rostro hacia él, para ver tratar de descubrir, qué demonios estaba haciendo. Pero, no contaba con que, anticipando mis movimientos, él me sujetó de la cintura con rigidez, sin permitirme girarme, repitiendo su movimiento y empujando de nuevo. Y, bueno, fue solo entonces cuando, algo en mi mente pareció accionar, analizando un poco las cosas y, encontrando una posible explicación a aquello que, desde hacía unos momentos, había estado sintiendo en mi espalda.

Y, a menos que a Jungkook le hubiera crecido una tercera pierna, solo habría algo que pudiera ser aquella cosa dura y a la altura de sus caderas que, yacía impulsándose lentamente contra mi trasero, tallándose y provocándole escalofríos y pequeñas convulsiones al azabache, al igual que jadeos y quejidos que soltaba cerca de mi oído. Por supuesto, mis ojos se abrieron a pesar de lo pesados que se sentía, ya que, la sorpresa era demasiada que, hasta podría jurar que, el sueño que antes me hacía desear seguir acostado, había desaparecido por completo, dejando en su lugar algo de vergüenza, incredulidad y confusión, porque, una parte de mí no podía sopesar que, el chico a mi lado se estuviera masturbando contra mi trasero, moviéndose y sujetándome para obtener algún tipo de placer que, ni siquiera yo he experimentado, porque, yo sí tengo sentido de la consciencia y jamás hubiera podido arrimarle mi miembro a nadie que estuviera dormido.

No obstante, él parecía no hallar ningún inconveniente, ni molestarse por el calor que comenzaba a hacer, de hecho, podría iniciar a cuestionarme si, acaso, él ya se encontraba despierto o aún dormía, debido a que, sus empujes eran lentos pero fuertes, como si quisiera fundirse conmigo o algo por el estilo, mientras que yo empezaba a sentirme raro, recuperando la lucidez y siendo consciente de que, él estaba moviendo su pene justo entre mis glúteos, frotándose y regalándome una sensación que, solo en mi celo había percibido. Era una especie de excitación extraña ya que, iniciaba desde mi interior y no solo se concentraba en mi miembro, al contrario, se irradiaba hasta mi entrada, causándome que, unos segundos jadeos se unieran a los suyos. Porque él continuaba agarrándome y empujando sin detenerse, más que solo para presionar más contra mi trasero, dejando que, a pesar de que ambos estuviéramos completamente vestidos, pudiera sentirlo bastante, al mismo tiempo que mi piel se erizaba al momento en que él se aventuró y metió su mano debajo de mi camisa, robándome un gemido sorpresivo cuando sus dedos calientes invadieron mi pecho, llendo instintivamente hacia mis pezones, los cuales, jamás habían sido estimulados ni rozados de la manera en la que él comenzó a tocarlos. Sus yemas palpaban con inexperiencia mi sensible y suave piel, rozando mis botones y haciéndome retorcerme y querer quitarlo de mí, ya que, aquello era nuevo y todo estaba avanzando bastante rápido. A penas y había despertado del todo y, no podría jurar que estaba del todo en mis cinco sentidos, seguía algo confundido pero, por el desenlace de la situación, me había apresurado a reaccionar, llevando mis manos a las suyas y deteniendo sus movimientos torpes y algo bruscos que hacía en mi pecho, pellizcando mi piel.