Cap: 34 Oh, Jimin~ (Sin corregir)

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— Shhh... - murmuraba, mirándolo con mucho cariño inundando mi sistema, admirando su pequeño rostro pálido, mientras él solo me observaba con detenimiento, sin sonreír ni llorar, solo manteniéndose serio y silencioso. - Mmm-mmm~ - tarareaba, acariciando su manita, misma que, aún se veía algo regordeta y muy pequeña, aún en comparación con la mía.

Yoongi, como habíamos concluido en nombrarlo, estaba tumbadito en medio de la cama que, antes, compartía con Jungkook, con una barrera en su costado para evitar que sintiera el frío de la pared, y varias almohadas mías y con mi olor a su alrededor, siendo cubierto suavemente por la cobija más acolchonada que pudimos encontrar en nuestras sábanas, con la intención de mantenerlo lo más calientito que pudimos, mientras yo estaba a su lado, tendido de costado y con uno de mis brazos por encima de su cabeza con leves y delgados cabellos negros limpios y suavecitos, sosteniéndole ma mano y tratando de ser lo más delicado que podía para no alterarlo o causar que sus pequeños ojos se humedezcan con cualquier incomodidad o disgusto.

La noche había transcurrido entre sueños cortos y bastante frágiles, mismos que, se rompían tan rápido como lo sentía removerse entre el colchón, inquieto, ya fuera por su pañal o porque tuviera hambre, me levanté en cada ocasión que él lo pidió y en las que su mirada se cristalizaba y sus mejillas se abultaban con un inminente llanto surcando por sus ojitos rasgados y profundos, intentando hacer el menor ruido posible para no levantar a nadie y caminar con él en brazos hacia la cocina, aunque, en más de una ocasión mi trayecto se vio obstruido por un ojeroso y algo malhumorado novio, mismo que, al parecer, odiaba ser despertado por el sonido de la puerta de nuestra habitación abriéndose y cerrándose. Y, ni lo culpaba, realmente entendía su molestia, pues, a mí tampoco me hubiera gustado despertar repetidas veces durante la madrugada, interrumpiendo nuestro merecido descanso con pasos yendo de acá para allá, por lo que, no mencioné y me quejé con sus pequeños bufidos que soltaba, dándose la vuelta y dándome la espalda, cubriéndose y removiéndose para esforzarse en volver a retomar el sueño, o, incluso, saliendo y teniendo que ir al baño para orinar, pues, entre balbuceos roncos, me informó que, si se levantaba repentinamente, su vejiga parecía querer explotar una y otra vez, enviándolo al retrete aunque fuera para expulsar una o más gotas de orina.

Por supuesto, yo no era un experto en pasar desapercibido por el pasillo para llegar al comedor con un bebé a medio romperse en llanto en brazos, por lo que, lamentablemente, Jungkook no fue el único en convertirse en víctima mía y de mi cachorro, si no, que, también Taehyung y Namjoon hyung fueron otros que, con los ojos hinchados y desorientados, lucharon por mantenerse despiertos y ayudarme a sostener a Yoongi mientras yo tomaba un descanso o en lo que el mayor me enseñaba, una y otra vez, la manera correcta de preparar un biberón de avena molida y poca leche deslactosada, agitando el pequeño biberón barato que compraron Hobi y mi novio cuando salieron a la tienda de conveniencia el día anterior. Era algo duro y agotador, jamás podría negarlo ni en broma, por lo que, una parte de mí se sentía avergonzada cada vez que tenía que salirme del cuarto e interrumpir a los demás, pues, a pesar de ser las primeras horas que pasábamos con el bebé, yo ya me sentía responsable de sus acciones, así mismo, de sus necesidades y exigencias.

Si tuve que cambiarlo cuatro veces en la noche, supongo que fue una cantidad bastante reducida, pues, la bolsa de basura estaba casi repleta de ellos, mismos que, por petición a las muecas asqueadas de Jin hyung, yo me había encargado de sellar y envolver en otras bolsas para no permitir que el olor escapara hacia todo el departamento, colocando igual algo de aromatizante que, por un momento, a todos nos dejó casi asfixiados por la enorme cantidad que nuestro alfa mayor había ocupado para eliminar cualquier resquicio de escencia que pudiera quedar en el ambiente. Era como si estuviera en automático, el niño comía con rapidez su mamila y movía sus pequeñas mejillas para llevarlas de alimento, para después recibir unas pequeñas palmaditas mías en su espalda, escuchando atentamente si eructaba o no, asegurándome de que lo hiciera para dejarlo acostado de vuelta en la cama, acomodándola y recostándome igual, listo para dormir unas cuantas horas, hasta que él se removía incómodo por la suciedad entre sus piernas, atentando con llorar y agitando su respiración, tallando sus piecitos con insistencia hasta que, como si sintiera su llamado en lo más profundo de mi corazón, mi lobo interior me obligaba a levantarme y atenderlo, llevándolo fuera para cambiar sus pañales y limpiarlo lo mejor que podía con ayuda de mi líder, el cual, a pesar de lo complicado que nos resultaba, hacía su mayor esfuerzo por no hacer muecas y colocar, lo más rápido posible, un nuevo pañal en el trasero del niño, dándome listo para volverlo a acostar.

°°La Manada°° [Kookmin] [Namjin] [Vhope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora