Capítulo treinta y ocho.

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Harry está feliz porque ya no hay nanas en su cabeza, su mami lloró mucho por ello, junto con su papi y su abuela. ¡Pero eran lágrimas de felicidad, asi que no hay nada por lo que preocuparse! Ellos estaban muy felices, realmente, realmente felices.

Sin embargo, Harry no podía evitar sentir un miedo frío atravesarle el pecho cuando pensaba en que Louis iba a tener su misma cirugía mañana. ¡Iba a extrañarlo! No quería que se fuera, después de escucharlo decir lo feo que ha sido el silencio sin él.

"No te preocupes, Hazzie, volveré tan rápido como pueda. Podremos mirar los aristogatos juntos luego."

Harry se rasca el ojo, y asiente, suspirando. Ellos habrán visto esa película más de diez veces en los últimos seis meses, pero no parecen cansarse en lo absoluto sobre ello. Y sus madres no se quejan.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora