Capítulo noventa y ocho.

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Louis odia cuando no le salen las palabras. Harry me dice que siempre ama la forma en la que sus párrafos están estructurados, como usa sus recursos para armar buena literatura, así que cuando Louis no ve lo que Harry promete qué hay, se frustra.

"Necesitas descansar" Harry gime esa noche "Has estado dando vueltas en la cama desde que nos acostamos. Quiero abrazos"

Louis suspira ruidosamente, apoyando la espalda en la cabecera de la cama y acariciando su cuello tenso, mientras observa cómo la luz de la luna rompe la oscuridad de la habitación.

"Quiero terminar ese párrafo" explica, frunciendo el ceño "Se supone que sirvo para esto"

"Por supuesto que lo haces, amor. Pero date unas horas. Mañana fluirá todo mejor"

Louis lo observa, está tan adorable con sus mejillas rojas por el calor de su cuerpo, y su gorrito todavía en su cabeza (no se lo saca seguido).

Aparta la mirada tras acariciarle la mejilla, y cuando Harry piensa que va a rendirse y finalmente intentar dormir, Louis aparta las sábanas y sale de la cama.

"Me levanto, entonces, ya vengo"

Harry abre la boca, observando cómo se aleja "Lou."

La puerta se cierra.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora