Capítulo noventa y tres.

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"Me gustas mucho" Harry susurra, su índice pálido acariciando la nariz de Louis, quien parecía necesitar caricias, ya que se encontraba bastante estresado escribiendo no sabe qué porque Harry no puede leerlo.

Eso llama su atención, Louis se voltea y le sonríe, sus ojos últimamente hundidos parecen elevarse con sus palabras, como si Harry lo hubiese dicho con esa intención. (Sinceramente, a Harry se le escapó, ups)

"Tú a mi" besa su mejilla "Mucho"

Harry suspira; se siente tan bien y tan liviano cuando escucha a Louis corresponder su adoración, se pregunta de que tuvo tanto miedo en un principio. Por qué las cosas le parecieron extrañas, cuando a absolutamente nadie le parecía extraño.

"Estuve mucho tiempo fuera de tu vida" comenta, así que Louis decide que es momento de dejar sus insuficientes párrafos en el olvido un momento "Tengo preguntas"

"Dispara"

"¿Y tus amigos?"

"Oh" la cara de Louis cae un poco, intentando recomponer el movimiento con un encogimiento de hombros "Bueno...nunca...no sé" rasca su cabeza.

"¿Qué?"

"Nada, simplemente no hemos organizado en vernos. Yo...no sé"

"Vamos, dímelo" le pincha una mejilla con el dedo índice. Louis no menciona mucho a sus amigos, es bastante callado con respecto a ello y se guarda detalles de su vida anterior al cancer como si no hubiera mucho que contar sobre ello.

"Te vas a reír."

"Jamás me reiría de ti"

Louis eleva una ceja, haciendo reír a Harry suavemente. (Bien, él adora hacer a Harry reír, siempre lo ha hecho, no es su culpa que tenga una risa tan bonita y sea tan exquisitamente sensible a su felicidad)

"De acuerdo, lo voy a intentar"

Louis no le cree, así que sus mejillas se ponen irremediablemente rojas cuando baja la mirada, intentando conectar puntos y palabras para expresarse lo menos patéticamente posible.

"Me da...como..." unos ojos verdes esperan su respuesta. Louis lo odia. "Vergüenza" la apalabra sale rápida, estúpidamente rápida y se arrepiente de decirla al instante.

Sin embargo, no recibe una risa de respuesta, Harry simplemente lo mira en silencio, frunciendo sus preciosas cejas en confusión.

"Estoy intentando pensar en qué podría darte vergüenza sobre hablar con tus amigos. Siempre fuiste muy sociable, Lou. ¿Donde quedó eso?"

Louis bufa "Yo no tengo...un buen amigo, como Niall lo sería en tu caso" intenta, la voz demasiado apagada para sonar de otra forma que no sea avergonzado por intentar explicarse. "No es triste, simplemente nunca hice un amigo verdadero."

"Eso no puede ser cierto. Tienes muchos amigos, dijiste"

Louis suelta una risa hueca, su ángel es tan ingenuo, tan tierno, cree que es el hombre más puro que pudo haber conocido. Y por ello, odia que esté pasando por esto. Tiene esos ojos suaves, verdes, claros, y él nunca vió tanto vacío en ellos desde que volvieron a verse cuando el tumor volvió, es triste, la forma en la que su angel no merece nada de esto y sin embargo se ríe diariamente de las bromas de Louis o bromea constantemente con él.

Louis lo admira, él sinceramente lo hace.

"Tener muchos amigos no significa que todos ellos se sientan como un verdadero amigo. Un mejor amigo" Harry asiente, prestándole toda su atención "No todos importan de esa manera"

"Es triste."

Louis suelta una risa "Lo es, sí. Un poco. Tienes razón"

Harry asiente, inconscientemente moviéndose más cerca de él. "Mis amigos no son...gente que quiero ver en este estado. No ahora" No ahora, por dios.

"¿Por qué no?" Harry es curioso.

"No quiero que me vean enfermo. Me da vergüenza"

Harry frunce el ceño. A él no le gusta esa palabra, para nada. Louis no tiene que sentir vergüenza de esto, piensa. En ningún sentido.

"No debería"

Louis parece de acuerdo "Pero lo hace. Estoy...enfermo y vulnerable, no tengo ganas de ver realmente a nadie."

"Yo estoy contigo"

Louis sonríe, corta sonrisa que Harry ama ver, daría todo por verlo sonreír las veinticuatro horas del día. Sin lugar a dudas.

"Porque eres un amigo verdadero"

Harry sonríe, lo es, por supuesto. Además de cualquier tipo de relación que puedan tener ellos, siempre van a ser amigos. Un equipo. Nadie va a entender nunca lo que Louis siente cuando tiene días malos como lo hace Harry, y nadie nunca va a entender lo que es vivir de esta forma además de ellos. Se entienden de una manera que sobresale las líneas de cualquier romance jamás escrito, más allá de amores o simplemente quererse de esa forma.

"El pececito colorido de la pecera" suspira, y Harry se ríe. Louis, desde que lee tanto, es un pequeño conquistador a base de citas que leyó.

"¿En que libro está eso?"

"En ninguno. Es lo que pensé por primera vez cuando te ví."

Y Harry realmente no tiene una respuesta además de sonreír brillantemente y abrazarlo, prometiendo que si Louis no tiene un mejor amigo, él puede ser eso.

Puede ser todo para él.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora