Lienzos {l.s}

Capítulo sesenta y tres.

Harry estaba de mal humor ese viernes, lluvioso y húmedo viernes. Cuando llovía así, tanto que la ciudad parecía borrosa y fría, Harry siempre se sentía triste.

¿Como alguien podría no estarlo cuando el día parecía de esa forma?

Bueno, Louis estaba bastante animado. El amaba la lluvia, aparentemente. Había leído libros toda la mañana, mientras Harry no pudo si quiera tocar un pincel, lápiz o mínimo un bolígrafo para dibujar en una servilleta, como acostumbraba en el desayuno.

"¿Hoy no me dibujaste nada, Hazz?" Louis sonríe, mientras Harry aparta los ojos de la ventana para mirarlo con el ceño fruncido.

"¿No te pone triste?"

Louis se metió un pedacito de una barrita de cereal a la boca, cosa que le costaba hacer; comer. El rizado piensa comentarlo, pero se retracta; quizás no sale bien.

"¿Que cosa? ¿La posibilidad de que me vaya a morir?"

Harry jadeó, mirándolo como si hubiera dicho un disparate. El mayor solo se rio y sacudió la cabeza, pero Harry no encontraba nada divertido en eso. ¡Absolutamente nada!

"¡No! ¡La lluvia!" Louis se rio más fuerte "No vuelvas a decir eso!"

El ojiazul agitó el hombro, una pizca de diversión abandonando su rostro algunos segundos antes de volver a sonreír.

"Pues es lo único que debería ponerte triste, no la lluvia. ¡La lluvia es hermosa!"

Harry frunce el ceño, ¿Que ve Louis de hermoso a una ciudad gris y húmeda?

"Es triste, ¿No ves? ¡Todo gris!"

Louis chasqueo la lengua, indignado. ¿Harry, un chico con cancer donde sus posibilidades de vida eran limitadas, a caso ve algo triste en el mundo además de su condición? Bueno, no es como si Louis no lo hiciese (el definitivamente lo hace), pero el es el amante número uno de la lluvia, y va a poner fin a cualquier comentario negativo, muchas gracias.

"Tú lo ves así. Mira, es preciosa" le indica, Harry voltea la mirada a la ventana salpicada de gotas, que para él eran lágrimas "¿Ves como se mojan las hojas de los árboles? Parece un cuadro, de esos que pintas"

"Es el cuadro de la tristeza" murmuró, y Louis soltó la risa por la nariz, levantándose para inclinarse en su camilla (la que estaba más cerca de la ventana) y acercarse a mirar el enfoque con él.

"Mira" el ojiazul le muestra con su dedo, Harry observa su mejilla antes de seguir la dirección de su mano, hacia una niña, con un lindo traje impermeable rosa "¿Ves? ella está jugando con los charcos de agua, ¿Te parece triste?"

El rizado lo estudia, estudia la imagen que tiene en frente; hay gente, para su envidia, hay gente afuera. Puede ver una pareja sentada, quizás los padres de la niña, mientras ella salta en charcos y charcos.

Recoge flores empapadas, y sonríe cuando le entrega una a su padre, él le agradece con un beso en la frente. No es triste, por supuesto que no, Harry nota al instante que ellos están muy felices. Entonces, sonríe un poco, y Louis lo nota (él es muy atento a sus expresiones faciales)

"¿Si? Y después, todos los árboles deben estar felices de recibir esa agua, ¿No? ¿No la necesitan a caso?" Harry asiente, automono, sintiendo el calor de la mejilla de Louis cada vez más cerca de la suya. Él se pregunta si la posición no ha de estarlo cansando "O allá, esa pareja, parecen estar pasándola bien, ¿No?"

Harry observa, son dos mujeres, abrazadas y abrigadas en la fría intemperie. Luego, se besan y Louis tiene que sonreír ahora, enternecido.

"Besos bajo la lluvia, un clásico" susurra Louis, aunque en realidad no esté lloviendo ahora, y todo sea un rastro de que en algún momento lo hizo.

"Es romántico" murmura el otro, ojos verdes grandes, acomodándose en su lugar.

"¿Ves? la lluvia no tiene que ser obligatoriamente triste" Se sienta en su camilla, el de ojos verdes (brillantes ahora) volteándose hacia él "Parece triste, porque la humedad y la falta de colores lo es. ¡Pero saca lo bueno de ello! Y disfrútalo. ¿No es encantador a caso acurrucarse y mirar tus películas favoritas mientras tomas algo calentito, especialmente cuando llueve?"

"Sí."

"¿Entonces?"

Harry encoge sus hombros, un poco tímido ahora, y de repente.

"A mi me hace feliz" susurra, sin mirarlo "Me recuerda a mi casa. A cuando mamá preparaba algo calentito, ¿No? Un café, por ejemplo" Harry lo mira con grandes ojos curiosos "Y nos acostábamos a ver películas. Nunca me sentía tan realizado como en ese momento. Seguro lo viviste, Hazz."

"Sí" suspira el mencionado, sonriendo cuando Louis encuentra sus manos y las aprieta.

"Además" se acerca un poco, Harry podría describir el tono de rojo que sus labios son ahora. Como frutillas maduras, piensa "Cuando tu y yo éramos pequeños, jugábamos con las gotitas que se resbalaban por la ventana, ¿Recuerdas eso?"

Harry sonríe entonces; era uno de sus juegos favoritos, tan simple y divertido, lo hacía reír demasiado. Asiente con la cabeza, y Louis no dice mucho más sobre ello algunos segundos. Ambos se quedan con los sentimientos del recuerdo.

"Es difícil, ahora, yo sé que sí. Pero...pero si vemos las cosas de mala manera, tristes y oscuras, nos vamos a perder. En nosotros mismos como, dentro de nosotros-Harry asiente, ama escucharlo hablar, todo lo que dice es increíblemente admirable, aunque sea un poco hipócrita de Louis decirlo, el verdaderamente piensa así. Que pueda o no hacerlo es otra cosa "Me gusta encontrar la luz inclusive en esos lugares donde no parece haber ninguna, de otra forma, podría suicidarme" ríe suavemente, pero corta la risa de pronto, ojos conectándose con Harry "¿De acuerdo?"

Su voz es tan suave, y lo mira con tanto...con tanta pasión, que Harry tiene que tragar saliva, y asentir con la cabeza antes de preguntar tímidamente;

"¿Podemos hacer eso, entonces?" inquiere, Louis eleva las cejas en confusión, aunque cree que sabía o que Harry estaba pidiéndolo, pero quería oírselo decir.

"¿Que cosa?"

"Eso" se sonroja, apartando la mirada "Ver películas, y...acurrucarnos" murmura finalmente, Louis irradia en una sonrisa, contrastando la situación lúgubre.

"Por supuesto, Hazz, déjame buscar Los Aristogatos"

Harry suelta una carcajada, pero no se opone. Observa la ventana nuevamente, ahora el pequeño parque más vacío, y cree que Louis puede tener razón.

Él nunca se equivoca, de nuevo.