Capítulo veintisiete.

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Por mas agradable que sea Harry, por más cálido y por más suave que se sienta dormir con él, Louis extraña a su osito con toda su alma.

Si de por si ya las máquinas gigantescas eran aterradoras, sin su osito lo eran aún más. Y a él no le gustaba llorar, pero tampoco podía controlarlo tanto, ¿Saben?

Así que cuando el 24 de diciembre llega, y el olor a navidad junto a la fecha, Louis todavía no tiene su Osito, y cree profundamente que no va a ser feliz en su cumpleaños ¡O nunca jamás!

Se aferra a Harry como si él fuese su peluche, y no tiene ánimos para jugar con los autitos. ¡Está muy triste!

Y Harry odia eso. ¡Pero es bueno! Porque cuando busca detrás de la tapa del baño, ¡Osito está ahi!

Es el baño de la gente grande, que ellos no usan, así que eso explica por qué Louis no buscó ahi. Aunque Louis no la esté pasando tan bien ahora, Harry está feliz porque puede darle su osito, ¡Y él puede traerle su felicidad de nuevo! Además de sus otros regalos, por supuesto.

"¡Louis! ¡Tengo algo para ti!"

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora