Capítulo cincuenta y ocho.

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Louis nota a Harry mirándolo, así que eleva los ojos hacia él.

"¿Qué?" sus cejas se levantan también, Harry se encoge de hombros.

"Nada."

"¡Dime!"

"Yo solo me preguntaba" comienza "Sigues teniendo a Señor Osito? Hablaba en serio, el primer día, cuando te pregunté si seguías durmiendo con él"

Los ojos de Louis se abren, y al segundo siguiente está riéndose a carcajadas.

"¿Qué?" Harry dice entre risas, contagiado por la carcajada de él.

Hace mucho no había escuchado su risa. Al menos no una carcajada, llena y completa como esa. Y no sabía bien que sentía al oírla. ¿Quizás menos presión en el pecho? Quizás menos ahogo, porque cuando Harry estaba en ese hospital, constantemente sufría ahogo. Escuchar risas, o simplemente sonidos vivos en un lugar horrible como ese, era una pequeña luz entre tanta oscuridad.

"Dios, Harry" se seca una lágrima imaginaria, ajeno al tormento que su simple risa desató en el nombrado "Por supuesto que sí"

Es el turno de Harry de reír.

"Y tú, ¿Pudiste conseguir un hámster?"

Apartó la mirada de la ventana lluviosa, donde los ojos azules de Louis esperaban su respuesta.

"Algo así" ríe suavemente "Murió a la semana" sonríe cuando Louis se cubre la boca "Está bien, te puedes reír."

"¡Lo siento!" exclama, pero entre risas "¿Que sucedió?"

Él se encoge de hombros, una sonrisa tintineante burbujeando en sus labios.

"Creo que no fui bueno para ello" suspira "Quizás cuando tengamos uno juntos" bromea, mirándolo.

Louis sonríe brillantemente "Eso quizás funcione."

Harry también sonríe, mirando a su madre que entra delicadamente a la habitación.

"Sí" admite "Eso sí"

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