Capítulo ciento dieciocho.

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Louis no sabe que está haciendo aquí, realmente no lo hace. Puede sentir sus propias palabras vagando en su cabeza intentando reacomodar la principal idea, que ya la perdió hace algunas calles atrás, maldita sea.

Pero-no importa, para nada. La vida está para vivirla o alguna mierda así. Louis tiene que repetirse ese mantra al menos cinco veces en el pasillo hasta que algo (alguien) tira de su abrigo con delicadeza insistente.

Cuando baja su mirada, una tierna niña con una sonda nasal, la piel pálida como las hojas de papel y una sonrisa brillante, esta todavía cerrando sus puñitos en la tela del abrigo de Louis.

"Hola, señor, creo que se le cayó esto" ella le enseña el bolígrafo de Louis, su favorito, de hecho, y él se acuclilla para tomarlo.

"Gracias" sonríe dulcemente "¿Donde está tu mami, eh?"

Ella encoge sus hombros, y cambia de tema rápidamente "Su bolígrafo tiene brillos"

Louis observa el objeto entre sus dedos y sonríe, girándolo en ellos.

"Me lo regaló mi mamá" ladea la cabeza, la niña asiente.

"Mi mamá no está" murmura, y Louis de repente siente tristeza.

"¿No? ¿Como te llamas?"

"Abbie, ¿Usted?"

"Louis, que lindo nombre tienes"

"Mi mamá lo eligió" ella aplaude "El de usted es muy bonito también"

El corazón de Louis se aprieta, y frunce el ceño con tristeza.

"Abbie. ¿Donde esta tu mamá? ¿Quieres que la busquemos?"

Abbie sacude la cabeza, tose un poco y se pasa una mano por el gorrito de lana. Louis estuvo prestando atención a él.

"Nop. No está aquí. Porque estoy enferma, tumor malo. Mami se fue"

Oh-dios mío. Louis no es tan fuerte para soportar esto. De solo imaginarse a si mismo a su edad, y sin su madre para ayudarlo en el proceso del cancer, lo desmorona.

"¿Donde tienes la herida, cariño?"

"En mi cabeza" ella se la toca, y Louis realmente tiene que luchar para no llorar.

¿Que madre haría eso? suspira, queriendo alzar a esta niña y llenarla de amor, llevársela a Harry que seguramente también la bañaría de amor. Él sería tan bueno con ella.

Pensar en Harry solo le hace recordar que tiene mensajes sin leer de él, pero prometió no usar el celular en esta ocasión.

"De acuerdo. Eres una niña muy fuerte" Abbie sonríe.

"Podemos ir al salón de juegos. Tengo amigos allí, y eres agradable, señor Louis" ella palmea sus manos, emocionada con el hombre que parece interesada en ella.

"¿Qué tal sólo Lou, cariño?" hace una mueca.

"¡De acuerdo! Lou, ¿Me acompañas?"

"Por supuesto, vas a tener que guiarme, porque no conozco bien esta zona." la niña asiente repetidas veces.

Entonces a eso vino. Si. Es el plan. Pasar el día entre niños y aguantarse el llanto.

El puede con esto.

...

Louis no puede con esto.

La niña tomó su mano durante el pasillo y no la ha soltado hasta que Louis se sentó en una pequeña silla y ella se apartó para buscar colores y dibujar con él. Le recordaba a Harry, de la forma más tierna posible comenzó a extrañar a su novio.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora