Capítulo sesenta y cuatro.

59 10 0
                                    

Harry deja salir un suspiro, la preocupación yéndose con él, cuando Louis ingresa a la habitación, a altas horas de la noche, y después de haber estado en quien sabe donde.

Él era un poco así, Harry se dio cuenta con los pocos días que llevaban con sus nuevas, y, por favor, no tan deseadas vidas. Sin embargo, nunca lo preocupó tanto como esa noche. Él-él pensó que algo había salido mal en la resonancia en la que estuvo antes de no volver, literalmente nunca sintió tanto miedo.

"¡Pensé que moriste, o algo, Louis!" lo golpea en el brazo, el susodicho frotando la zona golpeada, ojos azules chispeando de diversión.

"No sabes lo que encontré" se ríe, y se acerca a él, tomándolo de los hombros "Un patio de juegos"

Las cejas de Harry de elevan en su frente, claramente impresionado. ¿Ahora había de esos?

"Mentira" Harry jadea "No había de esos antes"

"¡Es nuevo!"

"¿De verdad?" sus rizos rebotan cuando se balancea hacia atrás.

"¡Tenemos que ir!"

"¿Que? ¡No! es para niños"

"¿Y? no hay nadie despierto ahora"

Harry apoya un dedo en su labio inferior, la mala idea comenzando a ser una buena mientras Louis todavía vibra de emoción a su lado. Dios, parece un niño. No cree que le disguste.

"¡No! nos van a ver y nos van a retar"

"Por dios, Harry" tira de su mano, y él, para su sorpresa, se deja llevar, al parecer no tan convencido de que esto podría ser una mala idea, o malísima, más bien "Para ser alguien que puede morirse próximamente no tomas los riesgos suficientes"

"¡Deja de hacer bromas así!" Harry gime horrorizado, pero cree que tiene razón.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora