Capítulo diez.

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Louis come en silencio, Harry voltea a mirarlo.

"Te hice un dibujo, Lou."

Él gira su cabeza delicadamente hacia él, acomodándose para mirarlo mejor.

"¿De verdad?"

"Sip."

Ellos llevaban apenas un mes conociéndose, pero a Harry no le gustaba que las demás personas estén tristes. Mucho menos si empezaba a considerarlo uno de sus mejores amigos, porque Harry nunca tuvo muchos de esos.

Él miró a su madre, quien estaba sentada en un sofá a lado de Jay, y sonrió sacando el dibujo de su cartera.

Una enfermera entraba entonces, y Louis la miró con cierto miedo en sus delicadas facciones.

"Harry, podes sentarte con Louis si quieres. Creo que le haría bien" Harry asiente con firmeza, y Louis jadea con emoción. Después de una noche tan horrible, le gustaría sentarse con Harry a jugar con sus dinosaurios y ponys. Podían jugar a ser doctores de nuevo, Louis tenía que practicar para el futuro, claramente.

Anne sonríe mientras alza a Harry y lo ayuda a cruzar la habitación para llegar ahí, Jay incluso se rie un poco de la emoción y sigue conversando en voz baja con el padre de Harry.

En cierta forma, e inevitablemente, ellos también se volverían cercanos. Pasaban todo el día ahí, apenas los dejaban para cosas vitales e importantísimas.

Harry suelta una risita cuando sus pies se tocan debajo de la manta, y le muestra su regalo a Louis.

Sus ojos brillan ahora, y sonríe inmensamente. Sus mejillas todavía un poco rojas, pero feliz.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora