Capítulo ciento diecisiete.

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"Los quiero, chicos, pero no tienen que besarse todo el tiempo. Menos si Louis no está aquí para besarme también" bromea, como si la desaparición repentina de su novio que hasta ahora ha durado, unas, más o menos, diez horas, (nop, no estuvo contando las horas, eso no pasó) no lo tuviese preocupado y su pecho comenzara a doler con cada mensaje que no responde.

"Lo siento" Niall se rie.

Harry cree que son adorables, realmente pueden tener futuro. A Harry le gusta esa palabra. Futuro.

Quiere uno con Louis.

Hablando de Roma, y como si hubiese ido a la panadería, Louis entra a la casa con su propia copia de la llave. Los ojos de Harry se posan en él, serio y ya repasando las líneas de lo que va a decirle, Liam y Niall saludándolos con entusiasmo, también felices de no haberlo visto en casa por mucho tiempo.

Louis los saluda con esa sonrisa fingida, pero sus ojos rojos no se separan de Harry. Y él tampoco aparta su mirada.

"¿Donde estabas?" es el saludo de Harry.

"Te traje flores" el extiende un ramo de poquitas rosas, potentes y hermosas.

Liam y Niall malinterpretan el silencio de Harry y deciden salir de la habitación, dejarlos a solas un rato.

"Son lindas" acepta Harry, con una sonrisa delicada mientras toma las flores y las estudia.

"Lo siento"

Y el enojo de Harry revive nuevamente:

"¿No pudiste simplemente decirme donde estabas?"

"Estaba en el hospital" encoge sus hombros, Harry se muerde el interior de la mejilla para no gritar.

"Yo también estuve ahí, piensa en una excusa mejor" Y sumerge su mirada en el libro de bolsillo que todavía no terminó de leer, ya miles de escenarios imaginarios atravesando su cabeza y haciéndole pensar las peores situaciones sobre la desaparición de Louis.

"Estaba en pediatría" y Harry detiene el movimiento de sus ojos sobre los renglones.

Cuando lo mira, sus ojos están inyectados y llenos de lágrimas, ahora notando sus pestañas húmedas y sus labios rojos, como si los hubiera mordido. Harry abre la boca, encontrándose escaso de palabras para responder a ello; cuando en realidad tiene miles de dudas.

"¿Sabias qué hay miles de niños llenos de enfermedades y con los días contados?" parece hablar consigo mismo, porque no lo mira, sus zapatillas sucias parecen más interesantes que cualquier otra cosa. "¿Sabias qué hay niños tan felices y sin embargo tan enfermos?"

"Supongo, sí" intenta.

Louis inhala, asintiendo lentamente.

"Y Flores. Flores felices, muchas de ellas" asiente, conforme con sus palabras.

Louis tiene frío, las manos le tiemblan. Su cabeza da vueltas sin parar, pero su pecho está caliente. Sus mejillas están calientes y cree que va a morirse por la forma en la que el nudo en su garganta está ahogándolo.

"Lou"

"Algo me duele y no se que es" encoge sus hombros, Harry se ve preocupado rápidamente.

"¿Quieres sentarte?"

"No estás escuchando, ¿Harry? Es como un balde de agua que me cayo en la cabeza"

Harry observa su cabeza, frunciendo el ceño.

"Amor, no se que está pasando"

"Soy patético"

"No lo eres" se apresura a negar. Por supuesto, en un millón de años, Louis no lo es. Puede estar enojado con él, completamente ofendido que se haya ido y no avisarle donde estaba durante diez horas. Pero no va a permitir que se llame a si mismo de esa manera.

"Lo soy" aprieta los párpados "Lo soy"

"Detente, Louis"

Él asiente fervientemente. Más lágrimas caen por sus mejillas. Harry quiere barrerlas, limpiar el campo, limpiarlo, pero él parece estar bastante absorto en si mismo, y Harry no quiere asustarlo.

"Sí. Detenerse."

"No digas esas cosas. No pienses así"

"No pienses así."

"Deja de imitarme"

Louis sonríe suavemente, una falsa sonrisa que solo hace a Harry sentir frío en el pecho. No sabe que está pasando por la cabeza de Louis, y...no sabe que es. Eso. Simplemente...no sabe. Le gustaría saber.

"Tengo cosas que hacer" se comienza a alejar, secándose las lágrimas con su sueter, manos que tiemblan.

"¿Vas a decime que fuiste a hacer, al menos? me dejaste diez horas solo y preocupado"

Louis toma su rostro y lo besa con fuerza, tanto fervor y calor en el gesto que Harry se ablanda y todo el enojo del día parece disiparse mágicamente. Maldito Louis.

"Te amo" susurra, mojando su rostro con sus lagrimas "Nadie nunca va a saber cuanto te amo" añade, en un suspiro.

"Louis"

"Mi corazón es, y siempre será, tuyo"

Harry enfoca su mirada borrosa, los labios de Louis sonriendo.

"Jane Austen" murmura sobre la boca de Harry, y lo suelta, apartándose "Ah, y le di a una niña con cancer el bolígrafo que me regalaste"

Harry lo mira con ojos suaves.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora