Capítulo ciento tres.

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Harry despierta a Louis con besos.

Salpica su espalda de delicados toques, sonriendo cuando Louis se remueve entre ellos, todavía dormido.

En otro caso, Harry lo dejaría dormir (porque ama verlo dormir, y porque anoche volvieron tarde de su perfecta cita) Sin embargo, se hace tarde. Tienen que ir al hospital unas horas hoy, piensa frunciendo los labios. Él desea que esto se termine ya.

"Harold, si no hay una bandeja de desayuno en la cama ahora mismo, no vale la pena abrir los ojos" murmura, voz amortiguada por las almohadas.

Harry sonríe brillantemente.

"Creo que si vale, cariño"

"Amooooor" frunciendo el ceño.

Que gruñón es.

A Harry le gusta.

"Vamos. O me iré sin ti"

"Te amo, Harold, pero si te vas sin mi estamos teniendo un problema"

La mano de Harry se congela en el hombro de Louis, mientras abre la boca lentamente, su cerebro trabajando en esa oración veinticinco veces por segundo.

Hasta que por fin encuentra su voz: "¿Tú que?"

"¿Que?" Louis se mueve, intentando quitar rastros de sueño en su rostro, que comienza a enrojecerse levemente, aunque quiera parecer tranquilo.

"Repite lo que dijiste"

"Yo-" mira hacia los ojos de Harry, los cuales están abiertos de par en par y sus labios ligeramente separados parecen más rojos de lo normal "Dije que si te ibas, tendríamos un problema"

"Antes de eso"

Un silencio.

Y otro.

Entonces; "Dije que te amo"

Si Harry pudiese describir cómo se sienten esas palabras, no sabría exactamente cómo. Mariposas revoloteando violentamente en su vientre, palomitas explotando en ella, vértigo, frío y calor. Besar la luna y tocar las estrellas.

Todo junto.

"Me amas"

Louis sonríe, rascando su cuello con nerviosismo "Sí, ¿Lo hago? Lo hago. Hum. Sí, creo. Te amo. Sí"

Harry todavía tiene la boca entreabierta. Puede jurar qué en sus venas estan floreciendo rosas, Louis lo hace florecer.

Es decir- es tan simple, tan ligero y liviano. A Harry puede llegar a abrumarle como están yendo las cosas, porque claramente hace seis meses no eran más que viejos amigos que se reencontraban. Y ahora, dios mío, están amándose.

Y a Harry me cuesta explicar como eso es algo que han hecho desde que se vieron, y que así tuvo que ser.

"Está bien si tú no lo haces" Louis malinterpreta el silencio, y juega con sus dedos a medida que habla con nerviosismo "Es decir, no está bien, pero lo entiendo. Dolería, pero lo entiendo. Digo-yo..."

Dios mío, es adorable.

"No seas tonto" lo corta, y Louis detiene sus divagaciones, instantáneamente sintiéndose más aliviado "¿De verdad crees que podría no amarte?"

Cuando Louis sonríe, entre el lío de sábanas, con rastros fantasmas de un sueño en sus facciones sonrojadas, y con el sol tocándolo delicadamente, Harry sabe que esa es la imagen que quiere retratar para siempre. Nunca estuvo más seguro de ello.

"No lo sé" encoge sus hombros dulcemente.

Harry jadea como si hubiese sido ofendido en mil niveles, y lo ataca con besos y cosquillas.

Lo ama, lo ama tanto.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora