Capítulo noventa.

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N/A: contenido sexual. xx

Está de más decir que Harry nunca hizo-Nunca hizo eso. Como, maldito Dios, ni si quiera pensó tanto en ello durante la adolescencia como para preocuparse, y ahora que Louis lo había mencionado, él solo-No sabe.

No sabe nada. Nada además del remolino de mariposas que siente en el vientre cuando Louis habla de ello tan natural, lo mencionó tres veces y Harry ni si quiera puede pensar en ello sin sonrojarse (es patético, Harry es patético)

Decide llamar a Niall y hablar con él al respecto.

Él termina diciéndole que es estupido, y si quiere tener relaciones sexuales, que las tenga. No estás muerto, aprovéchalo, grandísimo tonto. Siempre tuviste problemas para creer que no merecías las cosas.

Gracias, Niall.

Entonces, cuando están en esos momentos que la casa está vacía porque Johannah salió a comprar y las hermanas de Louis están en la escuela, Louis lee un libro con sus brazos rodeando a Harry y él simplemente lo mira leer, cree que puede ser el momento.

Acaricia el filo de su mandíbula con su dedo índice, y Louis sonríe, volteándose para besarle el dedo.

"¿Que lees?"

"Wilde"

Oh-eso es nuevo. Harry sonríe, conoce a Wilde, cree que al fin puede usarlo en su favor.

"Léeme algo"

Louis sonríe, como si esas palabras fuesen las únicas que quería escuchar en el día, así que pone dedicación en ello. Apoya sus labios sobre la comisura de Harry para leer;

"Y yo sé que para mí, para quien las flores forman parte del deseo, hay lágrimas esperando en los pétalos de alguna rosa. Siempre me ha ocurrido, desde mi niñez. No hay un solo color oculto en el cáliz de una flor, o en la curva de una concha, al que mi naturaleza no responda, en virtud de alguna sutil simpatía con el alma de las cosas."

Harry sonríe sobre la boca de Louis, riéndose por las cosquillas de su lectura. Es adorable, últimamente, estar con Louis no sabía que iba a sentirse tan bien, olvidar todo tan pronto, el antídoto de sus problemas. Pensó que iba a estar incluso más asustado de lo que está, y de pronto se da cuenta que sentir miedo con Louis es algo que no va a pasar, con él no existe el miedo a nada.

De hecho, Louis tiene que reírse cuando Harry busca su boca desesperado, abrumado por la realización previa. Entonces, tiene que apartar su (sagrado) libro antes de que Harry lo dañe con algún movimiento, por favor, no.

Sin embargo, se congela cuando las manos del más joven buscan los botones de su camisa, el toque suave de sus dedos son como plumas posadas en el cuerpo de Louis, tiene que apartarse para mirarlo con inquisición. Bien-entonces, esto no es algo que suela hacer Harry, muy tímido incluso para los piquitos frente a sus madres, o los roces de labio en las mejillas cuando esta distraído, así que es nuevo, confuso- Y Louis está malditamente encantado.

"¿Que haces?"

Harry encoge los hombros y baja la mirada, llena de vergüenza ahora, pero sus manos siguen jugando con sus botones.

"Digamos que el tumor está ocupando mis sentidos ahora" bromea, y Louis suelta la risa por la nariz, aunque todavía lo mira con intensidad premeditada, casi buscando algún signo de algo en sus delicadas facciones.

"¿Qué quieres?" pregunta, porque, si hay algo que descubrió que le gusta, es Harry expresando sus deseos a él, por más simples e íntimos que sean. Le gusta sus confimaciones verbales, le gusta que le diga qué quiere. Porque Louis va a darle lo que sea, no importa la respuesta.

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