Capítulo ciento seis.

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Louis le hizo una carta a Harry hoy.

Después de haber hecho el amor con el por la noche, y tener un subidón de inspiración, se sentó (todavía con él abrazando su torso como un koala) y comenzó a escribir.

Escribir algo para él, para que pudiese leerlo. Esta vez, después de esconderle tanto tiempo su gran proyecto, Harry seguro va a estar tan feliz de por fin poder leer algo real de lo que Louis trabaja.

"¿¡Una carta!? Harry perfora sus tímpanos temprano en la mañana, bueno, Louis pensó que el sueño iba a mantenerlo callado. Entonces, ahora recuerda que Harry no es realmente una persona callada en la mañana. Tuvieron varias discusiones al respecto, porque Louis no puede mantener una conversación antes de desayunar. Y Harry odia eso.

Pero a Louis no le importa, señor.

"Si, ángel"

"¡Dámela!" Louis se ríe, y acuna su cara para darle un beso ruidoso, un poco asqueroso por el aliento mañanero de Harry, pero se han acostumbrado a ello. "Dámela..." afloja, ojos cerrados por el beso.

"Búscala."

La mirada de Harry se rasga en confusión, y se incorpora un poco, todavía rodeando el cuello de Louis con sus brazos.

"¿Perdona?"

"Que busques la carta" otro beso, prolongado y que hace a Harry jadear. "Está en la casa"

"Estás bromeando, ¿Verdad? quiero leerla ¡Ya!"

"Si la encuentras, la lees. Yo no perdería tiempo, amor"

Harry lo mira con enojo fingido antes de saltar de sus brazos y ponerse manos a la obra.

A Louis lo reconforta enormemente que algo escrito por él ponga tanta emoción en Harry como para poner a buscar una estupida carta a las nueve de la mañana.

Lo ama.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora