Capítulo noventa y dos.

64 10 0
                                    

"Louis y yo estamos juntos, ma" Harry corta el silencio de la habitación, su madre elevando las cejas en el sofá, sorprendida después de haber esperado tanto tiempo en silencio.

Bien, entonces Harry cree que ella ya lo sabe (no es como si Louis y él estuvieran ocultando cualquier cosa desde que la situación comenzó a florecer) y sin embargo, porque cree que la situación es delicada y su madre es muy importante para él, tanto como su padrastro, quiere que lo sepan.

Lidiar con cancer no es cualquier cosa, y si Harry odia que lo traten como si fuese un pedazo de cristal al borde de caer y romperse, entonces tienen que saber que estoy bien, realmente. Quiero a este hombre y si no estuviera bien, jamás podría quererlo.

Harry está feliz. Por primera vez en este segundo periodo de su vida, plenamente feliz. Al menos, cree que es suficiente. Y quiere que funcione.

"Oh, cariño. Ya lo sabíamos" su madre apoya una mano en su muslo, y Harry no parece soprendido; si no malditamente aliviado. Él no quiere que esto sea gran cosa, no quiere que haya una conversación profunda sobre la sexualidad de Harry (que todavía está en duda, por si alguien quiere preguntar, de nada) o sus sentimientos.

A él no le interesa nada de ello, al menos no está desesperado por descubrirlo. Tiene toda la vida para hacerlo, y no está solo, por fin puede decirse eso a sí mismo.

"Bien...yo, realmente lo quiero"

Su madre le aprieta la mejilla, donde se hunden dos preciosos hoyuelos, ruborizándose un poco.

"Lo sabemos, cariño. Lo has hecho toda tu vida"

A Harry se le hace un nudo en la garganta, y no puede responder.

Lienzos  {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora