16. Freaks

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Harriett

La semana pasó tan rápido que apenas tuve tiempo de hacer cualquier cosa, entre trabajar todo el tiempo y evitar las llamadas de mi hermano, solo pude respirar entre los espacios libres que tenía, ahora me encuentro arreglándome frente a mi espejo para la gran noche de Natalie, además es siete de noviembre, lo que significa que Caitlyn cumple veintitrés años y no tengo dinero para su regalo ni alguna persona sorpresa que presentarle porque ya conoce a Blake Hawckett y a Mónica Owenson.

—¡Harriett!

—Aquí.

Natalie entra a mi habitación vistiendo un precioso vestido magenta de coctel con un enorme chongo precioso con algunos mechones sueltos.

—Waaaoh —la veo de pies a cabeza—. Alguien está que arde.

—¿Qué te vas a poner?

—El mismo vestido de la fiesta de Halloween —vuelvo a mirar el espejo.

—No —la veo de nuevo con la frente arrugada—. Porque hoy vino tu hada madrina.

—¿Qué?

Se va y regresa con un gran vestido con un lindo gancho del mismo color del vestido, azul cielo y lo que más me impresiona no son los zapatos blancos de tacón sino el precioso gancho de peluche.

—¿Me puedo quedar con el gancho? —junto las cejas.

—¡Harriett! —se ríe.

—Nat —me acerco—, muchísimas gracias, pero...

—Antes de que digas nada —levanta la palma de su mano frente a mi—... Lo compré para mí y no me quedó —vuelvo a abrir la boca, pero me interrumpe—, y no puedo devolverlo.

—Natalie...

No podría pagar un vestido así jamás, tendría que trabajar años y ella tiene una sonrisa resplandeciente mientras sostiene el precioso vestido con el gancho perfecto para mi pequeño armario que traje desde Inglaterra.

—Tómalo, Harriett —pone los ojos en blanco—, me cansaré.

—Gracias —tomo el gancho con cuidado.

—Y péinate para que luzcas esa esplendida espalda —deja los zapatos en el suelo—. Dejé los pases en el comedor.

Natalie siempre tiene que llegar una hora antes del evento, así que se irá con su pareja y Lara, quien va sola este año, Caitlyn está en casa de sus padres con su nuevo novio, así que me quedaré yo sola con Jack.

—Nos vemos —le grito.

Lara y Natalie salen del departamento y yo comienzo a arreglarme con el tiempo encima, me peino con el cabello suelto porque, de todos modos, tendré la espalda descubierta, me hago un maquillaje ligero, me pongo el vestido y lo admiro frente a mi espejo, sin poder subirme el cierre. El vestido tiene un escote en pico, los hombros caídos, la falda un poco más abajo de las rodillas y tiene una gran parte de la espalda abierta.

El timbre de la puerta suena por todo el lugar, asustándome y corro hacia la puerta.

—¡Un segundo! —tomo los zapatos y corro hacia la puerta.

Al abrirla me encuentro a Jack usando su típico traje negro, sosteniendo un ramo de tulipanes azules.

—Hola —me sonríe.

—Hola —miro el ramo—, ¿son para mí?

—No sabía que tu vestido sería azul —traga saliva cuando me lo entrega—, eso fue suerte.

Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora