Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)

22. Diablos, sí

Harriett

Abro los ojos con lentitud, los froto mientras me incorporo y vuelvo a abrirlos lentamente para acostumbrarme a la luz que entra por la ventana abierta. Me duele la espalda, los hombros, las piernas, los brazos, la cabeza, incluso me duele el cabello, así que trato de girarme sin lastimar las partes adoloridas, hasta que veo quien se encuentra detrás de mí y siento todo mi cuerpo romperse al darme cuenta sobre que estoy sentada.

Los recuerdos de anoche son borrosos, pasan por mi cabeza como videos de baja calidad y solo logro rescatar lo que hice antes de los litros de alcohol que metí a mi cuerpo.

—Harriett, tienes una llamada de Los Ángeles.

—Un segundo.

Me estaba vistiendo con la ropa que Lara llama sacada del circo y salí de mi habitación para contestar el teléfono, se lo quité a Natalie de la mano e hice lo que me arruinó, respondí.

—Harriett Cromwell.

—Harriett...

Quité mi sonrisa como si el mismo diablo estuviera al otro lado de la línea porque si lo estaba.

—Soy Kyle —no respondí, tenía miedo—. ¿Harriett?

No sabía que decir, estaba tan asombrada, mi labio comenzó a temblar, mis manos sudaron, me puse tan nerviosa que solamente pude volver a dejar el teléfono en la pared y lo recuerdo perfectamente porque ese fue el detonante a lo que la doctora Stella llamó ''sabotear mi propia felicidad''.

—Hola, querida.

—Hola —traté de sonreírle, pero salió una extraña mueca.

—¿Esta todo bien?

—Si, estoy a punto de salir.

—Chispita —Lara se unió a nosotros—. Iremos a una fiesta, ¿por qué no nos acompañas?

—¡No! —grité.

Todos los presentes me miraron y solo vieron a una chica asustada, no vieron lo asfixiada que me sentía por los recuerdos de Kyle viniendo a mi mente como destructores accidentes de coche asesinando a mi hermana cada día como un bucle en mi cabeza, no vieron lo aterrada que me ponía pensar en lo serio que se pondría con Cory si el tiempo continuaba corriendo a nuestro al rededor, iría a fiestas con nosotras, después se quedaría a dormir aquí, conocería a mis padres y cuando menos lo esperara, tendría un departamento vacío de nuevo.

—Tengo cosas que hacer —se dirigió a Lara—, pero gracias —me miró a mí, con tristeza—. Nos vemos, Harriett.

Entonces nos fuimos y la cosa con Hannah comenzó, mi nostalgia de casa llegó junto a los licores que Olivia ofrecía, también tequila, cerveza, escoces, ni siquiera recuerdo que fue lo último que tomé cuando vi a Jack riéndose con Olivia, solo recuerdo sentir un espantoso vacío en el pecho, recuerdo que quería llenarlo, pero no puedo recordar porque, mi mente está en blanco, hasta que veo a Jack despertándose y recuerdo porque me sentía tan celosa.

—Buenos días —susurra, frotando sus ojos.

—Hola.

—¿Cuánto tiempo llevas despierta?

—No mucho.

Él se mueve un poco y siento un escalofrío extraño en la espalda al recibir la sensación de su cuerpo debajo del mío, quiero levantarme, pero no me siento capaz de mover mi cuerpo.

—Jack —balbuceo, con un cansancio evidente—. En verdad quiero levantarme, pero...

—Lo sé —suspira—. Te ayudo.