35. Anillo

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Harriett

Sirvo el té en mi taza azul con cuidado de no derramar nada en el suelo, debería haber aprendido que soy demasiado torpe como para servir té estando parada, pero no me queda de otra, hay miles de cajas por todo el departamento, incluso en las sillas del pequeño comedor, en el suelo, bloqueando la puerta, las ventanas, el sofá, todo está infestado por los regalos de boda de Lara y Blake.

Me siento en el suelo de mi habitación y miro la pared por un largo rato sin saber que hacer, me encuentro tomando té de bolsa con los libros de mi hermana esparcidos en el suelo y sin muchas ganas de hacer nada. Paso mi mano sobre el libro más cercano, tocándolo con suavidad y un llanto sale de mi como si volviera al estado de vacío que sentía antes de Jack, un llanto que llevo días ahogando dentro de mí.

Mañana es la boda de Lara y no me siento capaz de volver a verlo cara a cara, de tocarlo cuando caminemos al altar, de bailar con él cuando sea el gran baile, ni siquiera de estar en el mismo lugar con él, me siento demasiado dolida, traicionada y vacía.

—Lo siento —susurro al tocar uno de los libros.

Lo abro lentamente y leo la dedicatoria dirigida a otra persona mientras unas pocas lágrimas caen sobre el papel.

''Dos almas no se conocen por accidente. Esto es para ti, que me enseñaste que los accidentes no existen''

Sonrío un poco al tocar la escritura con la yema de mis dedos y cierro los ojos al sentir ese dolor palpitante en el pecho, de nuevo. Cuando abro los ojos veo los ocho libros a mi alrededor y en lo único que puedo pensar es en los antiguos dueños, a los que le dedicaron las palabras tan bonitas que hay en cada dedicatoria, solo puedo pensar en el sueño de Hannah de devolverlos, así que los tomo todos juntos y los meto en una mochila antes de comenzar a hacer una gran maleta con toda mi ropa.

Jackson

Termino de acomodarme la corbata frente al espejo mientras Blake se quita la suya detrás de mí, llevamos más de tres horas en su oficina midiéndonos los trajes que alguien del edificio hizo para nosotros, trajo champaña, vino y pruebas de pastel de bodas, incluso invitó a Adam para que Ross quisiera estar más tiempo presumiendo su anillo.

—¿No es increíble? —repite por décima vez, mostrando el anillo de compromiso que le dio Adam—. Me voy a casar antes que Jack.

—Y después que Blake —le recuerda Demien.

—Detalles —pone los ojos en blanco—. ¿Hacemos otra apuesta? —sonríe—. Que sea ahora entre Jack y Demien.

—Jack se casará primero —afirma Demien.

—Hijos —casi grita—. ¿Quién...?

—¿Irás a la despedida de soltero? —trato de cambiar el tema, dirigiéndome a Adam.

—No —sonríe—, debo hacer unas cosas con... una amiga.

—Puedes decirlo —Demien se quita su corbata con furia—. Gwen, irás a ayudar a Gwen a meter sus cosas al camión de mudanza.

Sale de la oficina hecho una furia y todos nos quedamos boquiabiertos al ver la corbata en el suelo, especialmente Blake.

—Eso fue intenso —murmura Ross—. En fin, ¿ya vieron mi anillo?

Pongo los ojos en blanco y continúo observando mi reflejo en el espejo.

Hace una semana que no se nada de Harriett y he estado caminando como si estuviera muerto, como antes, pero con salud mental, supongo. La extraño tanto que a veces me duele el pecho cuando despierto y ella no está a mi lado, a veces lloro toda la noche, pero me sigo repitiendo que no es nada de lo que no pueda salir, no es nada que me vaya a matar de inmediato, no es como la última vez porque no dependo de nadie.

Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora