17. Te quiere

13 3 0
                                    

Jackson

Trato de mantener el control mientras ella me mira con esa sonrisa resplandeciente, pero mi cuerpo está sudando de una manera impresionante, mucho más que otras veces. Salimos del salón hace media hora y desde entonces no he podido evitar pensar en nosotros, la pongo en mis recuerdos con Abby, la pongo en escenarios imaginarios que mi mente crea, la pongo en todos lados excepto en la zona del amigo, en donde debería estar.

Estamos sentados en uno de los balcones del salón, al aire libre y llenos de sonidos irritantes como pájaros, insectos, el viento, hojas...

—¿Estas bien?

Asiento con la cabeza cuando ella me toca el cabello. Me toca el cabello y vuelvo a Abby.

—Debo ir a casa —murmuro sin mucha fuerza.

Hojas, sonidos de tacones contra el suelo, de puertas azotándose, es el sonido del silencio.

—De acuerdo —asiente—, me iré con Caitlyn, no te preocupes.

—No —niego repetidas veces—, yo te traje.

—¿Estás seguro que...?

Harriett muriéndose, es lo único en lo que pienso cuando cierro los ojos, si la dejo irse sola a casa, o con el muchacho que su amiga acaba de conocer, después de comer ese sushi, Harriett podría morir.

—No —admito—, creo que... —trato de respirar—. No.

Pájaros, insectos, viento, hojas, tacones, puertas, silencio.

—Jack —se levanta al mismo tiempo que yo.

Comienzo a respirar con dificultad, siento que me trago mi lengua, que estoy muriendo de nuevo, siempre estoy muriendo, me siento morir de nuevo y esta vez realmente quiero hacerlo, estoy harto de sentir lo mismo siempre.

Harriett

Él se levanta del suelo y se tambalea al tratar de caminar, está lleno de sudor y cada que trata de respirar el pecho se le hunde como si no pudiera, no puede.

—Jack —me levanto.

Trata de respirar, pero noto que no puede, traga saliva demasiadas veces hasta que pone una expresión aterradora de pánico, entonces sé lo que ocurre, está teniendo un ataque de pánico, como los que tenía Hannah.

—Me voy a morir —susurra mirándome con terror.

—No —susurro con suavidad.

—Voy a morir —repite mientras se tira al suelo.

De inmediato, pienso en Hannah y quiero llorar, pero también pienso en él, en lo que Hannah describía que sentía, en las recomendaciones de su psicóloga que tantas veces seguí al pie de la letra y me preparo para hacerlo de nuevo, por primera vez desde que ella se fue.

Me hinco frente a él y lo tomo por las muñecas para evitar que se haga daño.

—Jack, mírame.

Él continúa intentando respirar, sé que siente como muere, siente que las partes de su cuerpo desaparecen, cree que morirá.

—No te estas muriendo —hablo tranquilamente—, no estas muriendo, cariño —lo hago como lo hacía con ella.

Trato de respirar, recuerdo las palabras de la doctora, cuatro segundos de tomar aire, retenerlo dos segundos y liberarlo en seis, lo repito hasta que Jack comienza a imitarme, hace sus respiraciones idénticas a las mías, sabe que puede respirar, sabe que estoy aquí y que está bien, así que yo también me relajo sin dejar de guiar sus respiraciones.

Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora