Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)

36. Maravilloso

Harriett

Cierro la puerta detrás de mi e intento sonreírles a todos los invitados con los que me topo y camino con pasos rápidos cuando me encuentro fuera de la vista de todos hasta llegar a mi coche, que abro rápidamente para buscar el bolso de Lara, una vez que lo tengo en mis manos, vuelvo a correr de vuelta a la iglesia, en donde mi mala fortuna por fin hace aparición, haciéndome chocar cara a cara con él.

—Lo siento —murmuro.

Me alejo e intento continuar mi camino, pero me toma por la muñeca.

—Tengo que hablar contigo.

—Tengo prisa —le muestro el bolso de Lara—. ¿Puede esperar?

—Claro —me sonríe—. Te esperaría toda mi vida.

—No me digas cosas así, Jack —bajo la mirada, sonriendo y sintiendo mis mejillas calientes.

—¿Quieres charlar después de la boda?

Asiento con la cabeza y continúo caminando de vuelta al cuarto en el que Lara se está arreglando, pero cuando vuelvo ella está sentada en el sofá con la mirada fija en un punto en el suelo, tiene su velo en las manos, respira lentamente y se encuentra totalmente sola.

—¿Qué ocurre? —dejo su bolso en una mesita—. ¿Dónde están Caitlyn y Natalie?

—Les pedí que revisaran los arreglos de la ceremonia —se levanta y me mira a los ojos—. Vámonos.

—¿Qué?

—No me puedo casar.

—¿Qué? —repito.

—Harriett —habla con un tono neutral, lentamente—, necesito que.... —se toca el pecho y vuelve a sentarse—. Me tengo que casar.

—¿Qué? —repito, esta vez más desesperada.

—No sé qué hacer —me mira.

—Okey —me hinco frente a ella—. ¿Qué quieres hacer?

—No me puedo casar —suspira—, pero Blake....

—Lara —la tomo de las manos—, Blake no es mi amigo, a mí no me interesa Blake, necesito saber que quieres tu —me levanto de nuevo—. ¿Quieres que camine al altar como dama? Lo haré. ¿Quieres que te suba a mi coche y te lleve a otro lugar? Lo haré.

Ella asiente y se levanta.

—Llévame a otro lugar.

Asiento y le tomo la mano antes de salir de la iglesia.

Jackson

Entro a la habitación en donde Blake se está arreglando antes de la ceremonia y no puedo evitar tener recuerdos de mi propia boda fallida, misma iglesia, misma habitación, mismas personas aquí adentro y claro, misma situación.

—¡No te voy a sacar de aquí!

Cierro la puerta detrás de mi e intento controlar a Blake, quien camina en círculos por toda la habitación sosteniendo su cabeza.

—No me puedo casar —nos mira—. Soy Blake, yo no me comprometo, yo... Lo voy a arruinar.

—¿Te das cuenta de que ya lo arruinaste? —se ríe Demien.

Blake lo mira con un gesto de espanto único.

—Ya lo arruiné —susurra—. No me puedo casar con ella.

—Blake, no puedes dejar plantada a la mujer que dices amar —Ross trata de razonar con él.

—No debo —asiente—, pero puedo —sonríe.