20. Señora Willbourn

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Harriett

Tacho el trece de noviembre en mi calendario de pared y me dejo caer sobre mi cama, totalmente rendida y cansada de mi propia vida, incluso deseo morir por dos segundos, hasta que checo la hora en el reloj de mi mesita de noche y mis emociones cambian al darme cuenta de que en cinco minutos recibiré la llamada diaria de Jack.

Ayer tuve mi primera cita con Cory y fue mejor de lo que jamás pude imaginar, pero no pude contarle a Jack, así que todo quedó inconcluso, aun cuando le conté a mi hilarante grupo de amigas, no fue lo mismo.

En cuanto suena el teléfono, respondo su llamada de inmediato.

Adivina que —comienza él.

—No me digas —achico los ojos—, ¿es un gorila gigante destruyendo la ciudad?

Mañana es nuestro aniversario de dos semanas —murmura—, pero la tuya es más interesante, dime más.

—No lo había notado —me incorporo para ver el calendario—, ¿deberíamos festejar?

—Cenamos ayer, así que...

—Suficiente de nosotros —me río—, luego te enamorarás de mí.

—Eso quisieras.

Hace algunos días dejó de hablar con su mejor amiga, cuando me lo contó fue demasiado intenso, lloró y lloró hasta que se quedó dormido, incluso me hizo llorar a mi cuando me contó la historia de amor de su ex con el niño al que le hacía bullying de niños, todo un episodio de Dinastía.

—Tuve una cita con Cory —suelto por fin.

—¿Cómo te fue?

—Me llevó a bailar —comienzo a contar.

—Eso es romántico solo si improvisaron en la pista de baile.

—Pues él si sabe bailar —bromeo— y come comida de la barra de alimentos, hamburguesas de la calle...

Si, si, mejor que yo —resopla—, ¿alguna otra cosa?

—Fuimos a cenar con Joe —continúo—, y al final de la cita me dijo que...

Alto —me interrumpe—, ¿estás imaginando mi cara cuando recuerdas tu cita con él?

—Oh claro —me río.

—Bien, continúa.

—Estamos frente a mi puerta y se acerca a mi para besarme, pero... —suspiro al recordar lo que ocurrió—, besó mi frente.

—¡No lo hizo!

—Lo hizo.

Diablos —aguanta la risa.

—Ríete, es patético.

No, no —se ríe—, es solo que... bueno, Harriett, yo te besaría cientos de veces si...

—Suficiente con eso —me río—, ¿no tienes una conferencia?

—Si, con gente de Francia.

—¿Hablas francés? —trato de no sonar emocionada, pero no lo logro.

—Bastante sensual, ¿no?

—¿Quieres que me quede?

—Sería de mucha ayuda.

La última vez que hablamos, Jack tuvo una llamada importante con gente importante para hablar de asuntos importantes de los que jamás me enteré, me pidió que estuviera ahí para que se tranquilizara, así que encendí mi cámara y fingí escucharlo mientras hablaba con los tipos importantes, eso sin duda, logró que todo saliera magnifico.

Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora