18. Quizá no

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Te quiere, eso dijo ella, te quiere.

Continúo analizando lo ocurrido mientras Jack me lleva a mi casa, tengo el turno nocturno, así que todavía tengo tiempo de hacer muchas cosas antes de entrar a trabajar.

Nos conocemos hace ocho días y han pasado demasiadas cosas desde entonces, es la primera persona con quien he hablado sobre Hannah desde que volví a Seattle en marzo, me divierto mucho con él a pesar de su manera de ver las cosas y no quisiera que las cosas fueran más allá de una linda amistad, pero en una amistad también se puede querer, ¿no?

—Llegamos —detiene el coche.

—Gracias —le sonrío— y gracias por lo de la audición.

—Fue Mónica —baja la mirada.

—No creo que se haya levantado un día y decidido que quería recomendar a una actriz fracasada para un gran proyecto.

—Bueno... —me río y él también.

Si, también se puede querer en una amistad.

—Nos vemos.

—Si —asiente con una sonrisa.

Bajo de su coche con mis zapatos en la mano, pero me detengo cuando estoy a punto de caminar hacia mi edificio y me giro para recargarme en la ventana.

—¿Cenamos el jueves?

Asiente.

—Vengo por ti a las nueve.

Niego con la cabeza.

—Yo voy por ti a las nueve.

No dejo que responda, me doy la vuelta para entrar a mi edificio y me atrapo a mí misma sonriendo como una niña idiota mientras espero en el elevador.

—Harriett.

Salto de susto al escuchar el acento británico y me quiero morir al ver a Haynes entrando al edificio.

—Volviste —suelto un bufido.

—Lo siento —se para a mi lado a esperar el elevador.

—¿Por qué?

—Por soltarte la noticia de esa manera.

—No volveré a Inglaterra.

—Lo sé —siento su mirada en mí y yo también lo miro—, pero tienes que decidir qué hacer con su casa.

—Tampoco quiero pensar en eso.

—¿Quieres que te invite a desayunar?

—Seguro —le sonrío—, solo déjame cambiarme.

—Te vi en televisión.

—Oh... —resoplo—, ¿eso aparece en Inglaterra?

—No lo creo —se ríe—, estaba en Los Ángeles.

—Solo es mi amigo —aclaro, más para mí misma que para él.

—Lo sé —arruga la frente—. No es tu tipo.

—¿Y cuál es mi tipo?

—Ya sabes —las puertas del elevador por fin se abren—, como Kyle.

Haynes entra sin decir nada más y me deja totalmente triste porque sé que es cierto, Jack es demasiado exitoso, divertido, lindo y caballeroso para ser la clase de sujeto con quien me relaciono, pero es diferente con Cory, él es como Jack, pero sin empleo.

Jackson

—Tienes que venir —repite por quinta vez.

Mis charlas con Ross siempre se basan en él repitiéndome las cosas hasta veinte veces y yo haciendo lo mismo, pero para correrlo de mi oficina, nunca se va.

Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora