Suspiro al ver mi enorme maleta azul al lado de la puerta y me giro hacia Caitlyn para darle un último abrazo antes de salir del departamento.
—No puedo creer que te vas —se le quiebra la voz—, y debiéndome cinco dólares.
—No me voy —me separo de ella.
—Todavía no lo sabes —limpia sus lágrimas.
—Harriett no se irá —Natalie sale del baño—, ella ama América.
—Amo más Europa — sonrío—, pero volveré. Lo prometo.
Le doy un último abrazo a Natalie.
—¿No quieres que te llevemos al aeropuerto?
—Tienes clase en cinco minutos, Caitlyn —me río—. Tomaré un taxi.
—Bien —asiente—. ¿Me llamarás cuando llegues a tu casa?
—Te llamaré —asiento.
Tomo mi maleta y salgo del departamento, ayer me despedí de Cory, así que no veo la necesidad de despertarlo. Continúo mi camino hacia el elevador mientras me despido de todos los recuerdos que hice en este edificio, sé que solo me iré unas semanas, pero si es que vuelvo, no pienso seguir viviendo aquí y mucho menos volver a trabajar en algo que no amo, así que si, es duro despedirse de todo lo que alguna vez fue mi vista diaria. Tomo un taxi frente al edificio y llego al aeropuerto casi una hora antes de mi vuelo, así que me siento a esperar mientras leo uno de los ocho libros de Hannah.
Jackson
Cierro el refrigerador con fuerza después de sacar la nieve de vainilla y vuelvo al sofá a ver la televisión, en donde están pasando noticias británicas con ese presentador de acento irritante que tanto me recuerda a ella, entonces observo todo mi departamento lleno de recuerdos de Harriett.
—Mierda —susurro y recargo la cabeza en el respaldo del sofá.
—Jack, ¿tienes crema de cacahuate?
—¿Qué haces aquí? —giro la cabeza y veo a Ross parado detrás de mí.
—Me diste una llave.
—No es cierto.
—Eso no importa —entra hasta la cocina y continúa hablando—. Blake está en su luna de miel y me mandó por ti.
Regresa a la sala con mi bote de crema de cacahuate, uno que tengo solo porque Harriett hizo mis compras la última vez que se quedó aquí.
—No quiero salir.
—No me interesa, tengo que cumplir mi promesa.
—¿Qué promesa?
—Me prometí que jamás te dejaría ser miserable, ¿lo recuerdas?
—Si, hace cinco años —arrugo la frente—. ¿A qué viene todo esto? Solo quiero estar solo.
—Harriett está en el aeropuerto y tienes que ir por ella.
—Esto no es un drama coreano, Ross —giro los ojos—, ni Friends o cualquier programa de televisión del que hayas sacado esto —niego con la cabeza y miro el televisor—. No voy a detener a Harriett porque quiero que este bien —cambio el canal—, quiero que sea feliz.
—¿Y tú crees que es feliz yéndose al otro lado del planeta sin ti?
—Inglaterra no está al otro lado del planeta.
—No me interesa —se desespera—, vine por ti y no me iré de aquí sin ti.
—Ross...
—Sé que tienes un anillo y le diré a tu madre si no vienes conmigo.
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Cuando Un Infinito Termina (corrigiendo)
RomanceAbby lo quería, de eso estaba seguro, pero hacía muchos años que había dejado de sentir la chispa que ahora sentía por otro y eso lo asustaba, cada vez que despertaba estaba aterrado, siempre aterrado de que alguien más tomara su lugar. Jack estaba...