7. Más problemas

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Rynoa

Vagaba por el cielo de Borja, no buscaba nada en particular, solo pensaba. Ese lugar en ruinas no iba a salir de mi cabeza en mucho tiempo. Cada vez que algo me obsesionaba, no podía dejarlo hasta que me sintiera satisfecha. Como cuando quería que Night me hablara, lo fastidié por meses hasta que por fin me habló.

― ¿Qué pasa? ―alcé la vista y me encontré con los ojos azules de Jack Frost.

¡Qué manera de molestar! Ya hasta me había olvidado de él.

―Nada ―respondí. Era obvio que él no veía el pánico en mis ojos, a veces era bueno tener estos lentes, otras no.

Mi respiración había sido agitada desde que salí de la casa en ruinas y aun lo era. No sabía si contarle lo que había visto o no. Eso se catalogaba como algo extraño, que era justo lo que había venido a buscar. Pero por alguna razón, no quería compartirlo, menos con él.

―He estado hablándote por dos minutos, no me has hecho caso hasta ahora y tampoco has gritado. ¿Has encontrado algo?

―No, no encontré nada ―soy buena mintiendo... al menos eso creo.

Él suspiró. ―Yo tampoco.

¿Por qué me hablaba? Se supone que nos odiamos. Antes de que él se vaya del taller de Norte, casi nos matamos el uno al otro.

―Pensé que no estabas buscando y que habías ido a encontrarte con Bianca.

Juro que lo dije sin ánimos de ofender, ni fastidiar, ni nada. Estaba exhausta y no tenía ganas de pelear. Mañana sí pelearía, pero ahora no.

Jack Frost frunció el ceño. ―Te dije que no la mencionaras.

―Bien, bien, lo lamento ―rodé los ojos―. No volveré a hablar sobre Bi... la chica, ¿La Innombrable?

Ahora él rodó los ojos.

Había tratado de poner un poco de humor. Era oficial, él y yo no nos íbamos a llevar bien nunca. Bien por mí, no me interesaba entablar una amistad con alguien que no lo merecía.

―Bueno, seguiré buscando ―dije, me quería ir de ahí.

Hablar con él no era exactamente algo placentero.

―Ya no será necesario ―dijo antes de que me fuera. Señaló hacia arriba y alcé la vista.

Los hermosos colores de la aurora boreal cubrían el cielo. Debo admitir que siempre me gustó ver la aurora boreal. Pero creo que ahora que soy una guardiana ya no me va a gustar tanto.

―Esos malditos me van a esclavizar, ¿no? ―pregunté.

Jack Frost rodó los ojos, otra vez, y emprendió vuelo.

Ese maldito ni siquiera me responde. ¿Es posible que mi odio incremente hacia una persona? Sí, es posible, porque puedo sentir mi sangre hervir de la rabia.

Maldito Jack Frost.

❄❄️❄️

Llegamos al taller casi al mismo tiempo, yo me adelanté cuando cruzábamos México. Pero de todas maneras íbamos casi al mismo ritmo de vuelo. Creo que ninguno de los dos tenía tantas ganas de llegar a esa reunión.

Ni siquiera había puesto un pie en el piso del taller cuando Norte empezó a hablar. ―Me alegra mucho que hayan decidido trabajar en equipo ―dijo viéndonos a Jack Frost y a mí. Supongo que al llegar juntos pensó que estuvimos buscando en Borja juntos.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora