49. Un extraño equipo

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Jack Frost

― ¿Cambió algo? ―nos preguntó Norte al entrar nuevamente al taller.

El inútil de León y yo habíamos salido a buscar a Rynoa. Desde que ella se fue, la seguimos, el problema es que, al llegar a su palacio, no pudimos entrar, ya que un tornado lo envolvía, supusimos que era obra del Innombrable y sus secuaces.

❄❄❄

―En realidad pensé que Manny bromeaba cuando dijo que Rynoa nos había traicionado ―me había dicho él cuando llegamos a Escocia y vimos el palacio―. No puedo creer que ella nos haya estado mintiendo todo este tiempo.

Rodeamos el palacio para verificar que si hubiera alguna ruta por la que pudiéramos entrar y atraparla. Pero era imposible, entrar no era una opción. Probablemente deberíamos esperar a que ella salga.

―Les dije que ella no era de fiar ―gruñí completamente exasperado por la situación―, pero nadie me hizo caso, bueno, solo la bola de pelos.

El gato de basurero se cruzó de brazos y se paró frente a mí, en realidad flotó frente a mí, ya que ambos estábamos volando por el rededor del palacio.

―Rynoa nos ayudó a sacar a Bianca del orfanato, Jack ―su voz sonaba molesta y cansada, pero no me daba lástima, todos estábamos igual―. ¿Cómo íbamos a pensar que ella estuvo siempre en el bando contrario?

Lo empujé a un lado, mientras seguía rodeando el palacio, tal vez había un lado donde el tornado se abría y no lo habíamos notado.

―Yo tampoco pensé que fuera parte de los secuaces del Innombrable ―admití―, pero en cuanto la vi en la cueva, con un rostro como el de mí Bianca, lo supe. Ella estaba tratando de confundirme. Siempre estuvo tratando de confundirme.

― ¿Confundirte? ―repitió―. ¿De qué hablas?

Me di cuenta, en ese momento, que había hablado de más.

―Nada ―respondí―, olvídalo. Lo importante es que debemos de vencer al Innombrable, Pitch, Félix y Rynoa.

❄❄❄

―No ―respondí a Norte, era la tercera vez que íbamos a chequear el palacio, pero todo seguía igual que la primera vez.

Colita de algodón estaba paseándose por el taller, parecía pensativo, demasiado pensativo. Tan pensativo que me dieron ganas de hacerle una broma, pero ni siquiera yo estaba de humor para algo así. Así que lo dejé en su mundo.

―De hecho ―el león domado se acercó a nosotros dos―, hay algo diferente.

Fruncí el ceño, yo no vi nada diferente y, si él sí lo hizo, por qué no me lo dijo cuando estuvimos allá. ¿Por qué esperar a que llegásemos al taller?

― ¿Qué cosa? ―lo apuró Norte.

―Las primeras veces que fuimos, podía sentir a Rynoa dentro del palacio, en esta última ocasión... no.

Me crucé de brazos. ― ¿Quieres decir que ella ya no está allí?

Él asintió. ―Pensé que tú también lo habías notado, me pareció raro que no lo mencionaras.

Resoplé totalmente exasperado. ―De haberme dado cuenta, habría hecho lo imposible por entrar. Sin nadie que esté resguardando el palacio, las defensas deben estar bajas y, habríamos podido entrar a inspeccionar.

―Entonces vayamos ―dijo el conejo mutante cuando dejó de pasearse por todo el taller―, si no hay nadie, el palacio es la mejor pista que tenemos.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora