32. Aguafiestas

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Rynoa

Phil no perdió el tiempo. Se dio media vuelta y corrió por el pasillo.

― ¡Le va a decir a Norte! ―gritó Robin Hood.

― ¡Tras él! ―gritó Jack Frost.

De alguna manera, eso hizo que todos empezáramos a correr tras Phil para poder detenerlo, pero él era rápido. No sé cómo es que el yeti es rápido, pero lo es.

Volé hacia Phil, pero aun cogiendo su brazo, no podía hacerlo parar. Era fuerte y me arrastró con él.

― ¡No le digas, por favor! ―le grité.

Él solo refunfuñó.

Jack Frost vino volando, y cogió el otro brazo, pero ninguno de los dos logró detenerlo. Incluso Night, Peter Pan y Robin Hood habían llegado hasta Phil... pero nada. Todos debemos de ser demasiado débiles, porque no me explico cómo es que no podíamos detenerlo.

―Norte nos va a matar, ¿verdad? ―me preguntó Night.

―Sí ―le dije.

Aun seguíamos forcejeando con Phil.

Robin Hood estaba delante de él, tratando de hacer fuerza para detenerlo, Peter Pan iba junto a él. Night era el que ahora agarraba el brazo derecho y Jack Frost el izquierdo. Yo estaba sobre la espalda de Phil, quería tapar sus ojos para que no pudiera orientarse. Pero nada funcionaba. Este yeti tiene un mapa mental del Taller, eso es seguro.

Entonces, llegamos a unas puertas dobles que eran vaivén. Cuando las cruzamos, caímos todos al piso, pues Phil nos botó. Caí sobre Robin Hood. Al menos el impacto no fue tan doloroso.

― ¿Qué están haciendo aquí? ―preguntó Norte. Sí, Norte estaba frente a nosotros―. No pensé verlos hasta después de Navidad.

No sonaba molesto.

Eso es raro.

Más raro que Bianca.

Pero entonces, Jamie, Landon, Chloe y Bianca entraron.

Phil no dejaba de refunfuñar.

Cuando Norte se dio cuenta de los recién llegados, su rostro se tornó rojo.

― ¡¿Qué está pasando aquí?! ―gritó.

Bueno, esa es una reacción más normal.

―Puedo explicarlo ―le dijo Jack Frost.

― ¡Faltan pocos días para Navidad, no pueden haber distracciones, menos humanos! ―gritó.

―Son una sorpresa ―dijo Bianca.

Rodé los ojos.

―Lo lamento, Norte, no queríamos molestar ―le dijo Jamie.

Fue ahí cuando Norte se calmó un poco, observó a Jamie y luego dijo algo en ruso que la verdad no logré entender. Sí, sé que como espíritu puedo entender los idiomas de todo el mundo, pero... por alguna razón... cuando Norte hablaba en ruso, no entendía. Ironías de la vida espiritual... supongo.

―Creo que es mejor que nos vayamos ―dijo Jamie―. En serio, lamento todo esto Norte.

―No, está bien ―dijo Norte―, lamento haber gritado. Hace muchos años que no te veo Jamie.

Jamie asintió. ―La última vez yo era un niño, como Chloe ―dijo poniendo la mano sobre la cabeza de su hija―. Por cierto, ellos son Landon y Chloe, mis hijos.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora