41. La luz guía

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Rynoa

Al atravesar el portal, noté que los renos estaban alborotando el taller. Y, Norte estaba muy feliz abrasando a uno de ellos. La escena me enterneció, pero también me preocupé por la vida de ese reno, es decir, Norte estaba tan feliz que creo que lo estaba asfixiando.

Busqué a Night con la mirada, pero antes de encontrarlo, sentí que alguien me tomó de la cintura y me elevó.

― ¡Estás viva! ―gritó Peter Pan―. ¡Ry! Te extrañé, temía que algo te hubiese pasado.

―Y, tu no cambias ―murmuré―, es bueno verte también.

Él me bajó y me envolvió en un abrazo.

Generalmente no aceptaría un abrazo de él, pero me alegraba estar de vuelta, incluso ver a Peter Pan y los demás. Así que le devolví el abrazo.

Pero esto no será algo habitual.

Sobre el hombro de Peter Pan, vi a Jack Frost y Bianca besándose. Aun no puedo acostumbrarme a verlos, pero no hay nada que pueda o quiera hacer.

Jamás sería la responsable de romper una pareja. Además, Jack Frost no gusta de mí, no de esa manera.

Me separé de Peter Pan cuando me di cuenta que él no planeaba terminar el abrazo.

― ¿Dónde está Night? ―le pregunté mientras seguía viendo el rededor, esta vez sentí que alguien me abrazó por detrás.

El brillo que noté en los brazos que me rodeaban solo significaba una cosa.

―Volviste, Ry ―sollozó Night, su rostro estaba oculto en mi hombro.

― ¡Claro que volví! ―le dije―, sabes que no puedo dejarte solo mucho tiempo, no soportas estar lejos de mí ―bromeé... bueno, no tanto, porque, la verdad, somos muy unidos y nunca estamos separados del otro.

Night me soltó y luego volví a abrazarlo, esta vez frente a frente.

A Night es al único que puedo abrazar fácilmente.

―Espero que nada extraño haya pasado mientras no estuve ―dije una vez que nos separamos.

―No pasó nada ―dijo Robin Hood―, nada excepto Tod.

― ¿Tod? ―pregunté.

La cara de Night palideció.

― ¿Quién es Tod? ―volví a preguntar.

Pero para suerte de Night, Norte se acercó a nosotros, interrumpiendo nuestra conversación. De hecho, todos nos estaban rodeando justo ahora. Incluso Jack Frost y Bianca se habían acercado.

―Rynoa, no sé cómo agradecértelo, a ti y a Jack por haber traído a los renos de vuelta ―dijo Norte.

―Solamente salva la Navidad ―respondí―, haz eso y estaremos a mano.

No puedo creer que yo haya dicho eso.

Norte asintió. ―Lo único que no comprendo es de dónde ha salido ese reno de allá ―señaló hacia una esquina, Rudolph wannabe estaba mirándonos atentamente.

―Ah... no, yo tampoco ―respondí―. Él ya estaba en la cueva.

― ¿Cueva? ―preguntó Conejo, al mismo tiempo que Sandy hizo aparecer un signo de interrogación sobre su cabeza.

Asentí. ―Es una larga historia.

― ¿Saben? ―interrumpió Landon, quien estaba cargando a un animal con pelaje blanco en sus brazos―. Ese reno se me hace demasiado familiar.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora