63. Eso fue... impresionante

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Rynoa

Estaba feliz de tener a Night a mi lado. Al inicio, cuando desperté, me encontré con la mirada azulada de Jack; sin embargo, ver a Night fue lo que me alegró. Por un momento hizo que olvidara la situación en la que nos encontrábamos. Olvidé la batalla y las pérdidas que esta provocó. Lamentablemente lo recordé todo al ver la expresión de desconcierto que se mostraba en el rostro de Jack.

Por su mirada sabía que no le agradaba la forma tan particular en que Night y yo nos habíamos abrazado; de hecho, mi hermano aún tenía un brazo sobre mis hombros. A pesar de ello, él no trató de separarnos, como lo haría en cualquier momento de celos; si lo hacía, yo misma lo golpearía con su cayado.

En cuanto le explicamos el parentesco que Night y yo teníamos, él sonrió, su rostro se iluminó, claramente feliz por la noticia. Al inicio no podía creerlo y no lo culpo, yo misma tuve dificultades en creerle a Manny.

—¿Saben si todos los espíritus están en el taller? —pregunté cuando el silencio invadió el cuarto. No podía seguir evitando este tema, quería ver a todos los que combatieron de nuestro lado y disculparme por no haber logrado salvar a quienes perdimos. Sería difícil verlos a todos, en especial a los espíritus que nunca he conocido (es decir, el 98%); pero era necesario que los viera.

Los tres intercambiaron miradas, como si esperasen que el otro tuviera la respuesta a eso. De hecho, observé a Manny, pues si alguien sabía eso, debía ser él, no por nada es nuestro líder. Sin embargo, él se encogió de hombros y luego frunció el ceño y los labios.

—Hemos estado aquí adentro las últimas dos horas, así que no sé si alguien se ha ido —explicó Jack al terminar el intercambio de miradas—. ¿Quieres salir? —dio dos pasos hacia mi cama, sentándose cerca de nosotros, ahora parecía preocupado—. Deberías descansar primero.

Su preocupación me conmovió, pero no lo dejé notar. Yo no me conmuevo fácilmente, ¿qué diablos me está sucediendo? Tú no eres así, Ry. —Nadie ha descansado —señalé—. Por sus aspectos, ustedes no han dormido ni un segundo, así que yo no necesito descansar más de lo que ya he hecho. Debo salir de aquí.

Empujé Night a un lado para poder salir de mi cama, pero dos brazos me impidieron completar mi objetivo. El leve frio que recorrió mi cuerpo me hizo notar que estos pertenecían a Jack. Alcé la mirada para reprenderle por su innecesaria acción, justo cuando tres toques en la puerta me interrumpieron.

Inmediatamente, Night dio permiso para que entrara quien tocó la puerta. Al abrirse, observé el pelaje gris de Conejo, quien entró con la espalda encorvada y las orejas caídas, una expresión triste y sombría se notaba en su rostro, haciendo que mi corazón se estremezca al notarlo. Sus ojos verdes estaban posados en mí, no tenía que decir nada para saber que necesitaba hablar conmigo y, si soy sincera, yo también debo conversar con él. Hay muchos temas pendientes entre nosotros.

—Pueden dejarnos solos.

Podrá haber sonado como pregunta, pero en realidad fue una orden. Tanto Manny, como Jack y Night no se opusieron y salieron del cuarto sin decir una sola palabra. Aunque, claro, la tensión que percibí en Jack me hizo entender que estaba diciéndole muchas cosas a Conejo solo con la mirada.

Ni bien se cerró la puerta detrás de Night, Conejo dio un paso tentativo hacia adelante, aunque aún había bastante distancia entre ambos y eso que el dormitorio era pequeño.

—¿Desp-despertaste hace mucho? —tartamudeó, lo que significaba que estaba nervioso.

—No.

Quería decirle muchas cosas, demasiadas, pero no sabía cómo abordar los temas o por dónde empezar. Por su expresión, sabía que él estaba luchando igual que yo. De hecho, mi respuesta tan corta debió de darle la idea de que no quería conversar con él. Con uno de sus pies rascó su pantorrilla, haciendo que todo su cuerpo se incline a un lado y ese simple movimiento me hizo recordar que eso lo hacía cuando estaba nervioso. Mis recuerdos como Ashelia me dieron aquella información. Cuando estábamos en su madriguera antes de las Pascuas y lo ayudaba a decorar todos los huevos, cada cinco minutos rascaba su pantorrilla porque temía que no tendría nada listo.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora